… un pez payaso que, cansado de la fama que le había facilitado cierta película que protagonizó, decidió perderse una temporadita. Esta vez le dejó a su padre una nota que escuetamente decía: “no me esperes despierto, no te preocupes que esta vez me llevo el Tom Tom”. En su vagar por los mares conoció a un bebé tiburón al que le habían diagnosticado exceso de mercurio y que, por prescripción médica, tenía prohibido comer cualquier tipo de pescado, vivo o muerto, cocido o crudo. Ambos se hicieron amigos pronto y decidieron darse una vueltecita por las orillas sudamericanas. Allí conocieron un cocodrilo que había viajado hasta la costa argentina para encontrase con su madre, que lo había abandonado para trabajar y que tenía cierta tendencia a gritar en sueños: “no te vayas mamá, no te alejes de mí”. Podía llegar a ser un poco creepy, pero era bastante majo. A este peculiar trío, se les unió una mariquita con problemas de identidad: a ratos se cría una mantis religiosa y le daba por ponerse agresiva.
La nueva línea de Converse para los más pequeños es así, un cuento inacabado, divertido y post-moderno, en el que la historia empieza cuando los niños se calzan los nuevos modelos de las clásicas All Stars transformados en esta ocasión en un pez payaso, un tiburón (estos dos también disponibles en versión patuco), un cocodrilo y una mariquita. Cuatro modelos monísimos que conservan el diseño mítico de las zapatillas más cool de los últimos tiempos pero que combinan colores y motivos infantiles, naïve y deliciosos que vestirán de la forma más divertida a los pequeños más atrevidos.
El único defecto que le veo es que no haya un equivalente para los más mayores, porque es de las líneas más originales y apetecibles que hemos visto últimamente.