Tenemos que reconocer que, a día de hoy, no sabemos por qué al festival Cruïlla sigue persiguiéndole un negro espectro de crustismo (o pies-negrismo, como ustedes prefieran). Está claro que, en sus inicios, el festival era punto de encuentro de los amantes de los perros y las flautas, pero también está más claro todavía que, de un tiempo a esta parte, ha ido incorporando cada año nombres más y más interesantes a su cartel hasta convertirse en una alternativa mucho más distendida a otros festivales de la ciudad de Barcelona.
Pongamos por ejemplo la edición de este año del Cruïlla 2013 (que se celebrará los días 5 y 6 de julio en Barcelona), para la que se acaban de confirmar toda una serie de nombres que ya querrían para sí otros festivales veraniegos: Cat Power vendrá para lamer las heridas de todos aquellos que lloraron que se cayera del cartel del Primavera Club y que se quedaron sin disfrutar de las canciones de «Sun» en directo; Suede tendrán que demostrar si la buena forma de su último disco, «Bloodsports«, es o no un espejismo; Rufus Wainwright no necesita motivos para volver a visitarnos… Y, además, a todo un conjunto de confirmaciones más worldmusiquistas (Wyclef Jean, James Morrison, Goran Bregovic, Toots & The Maytals) hay que sumar un mimo espectacular a la cantera patria, con actuaciones de Standstill, The Suicide of Western Culture, Maïa Vidal, Pau Vallvé y El Petit de Cal Eril. ¿Estamos o no estamos ante uno de los festivales del estío?