Los nuevos videoclips de Cassius y Neon Indian están protagonizados por sanísimas juergas… ¿En cuál de los dos nos quedaríamos a vivir?
La batalla virtual que planteamos hace unos meses protagonizada por los simios que protagonizaban los videoclips de “The Less I Know The Better” de Tame Impala y “Adventure Of A Lifetime” de Coldplay nos hizo pensar que, en el mundo audiovisual, las casualidades existen. Y hay que aprovecharlas, con premeditación, nocturnidad y, sobre todo, alevosía… En aquel particular enfrentamiento, nos ensañamos sin piedad con la pueril pieza de Chris Martin y compañía, que acababa aplastada por las imágenes calenturientas del tema de la banda de Kevin Parker. Dejábamos claro que comparar es feo pero que, cuando aparecen coincidencias como la descrita, no queda más remedio que señalarlas como si no hubiera un mañana.
Ahora les toca el turno de saltar a nuestro cuadrilátero a dos nombres que beben de la electrónica de baile: Cassius y Neon Indian, que se presentan como contendientes con los clips de “Action” y “Techno Clique”, respectivamente. Empujados por el espíritu hedonista de sus nuevos singles, ambos demuestran que les va la marcha, aunque sus diferenciados caracteres musicales (el primero procede de la estirpe del French Touch primigenio; el segundo germinó en plena ola chill wave) sugieren que cada uno se la toma a su manera. ¿Quién de los dos será el más juerguista? ¿En qué fiesta de sus clips te quedarías para despendolarte y lo que surgiera?
NEON INDIAN. El último disco de Neon Indian, “VEGA INTL. Night School” (Trangressive / Mom & Pop, 2015), plasmaba su suave cambio del (¿desfasado?) chill wave al house y el balearic sound que nutren, entre otras piezas de su contenido, al nuevo single extraído del mismo: “Techno Clique”. De ahí que su videoclip -dirigido por Derrick Beckles (actor y comediante del canal Adult Swim)- tuviera que ambientarse obligatoriamente en una discoteca… algo decadente.
Pongámonos en situación: una celebración, su protagonista, los invitados (cada cual más extraño, incluida la rubia buenorra que acapara toda la atención en la pista), comida, birra y mucho baile, con el propio Alan Palomo metido en la cabina ejerciendo de dj. ¿Qué puede salir mal? Pues que el homenajeado, entre sus ansiosos tragos y los desacompasados pasos de su etílica danza, se atragante con un pedazo de carne y todo empiece a desmadrarse. Vamos, lo que vendría a ser un ‘ahogamiento del sábado noche’, aunque sin traje blanco, lentejuelas, maquillaje setentero ni falsetes de fondo.
Eso sí, a pesar de que se masca (nunca mejor dicho) la tragedia, nadie para de moverse al ritmo de la música de un primero extrañado y luego impertérrito Alan Palomo. Normal que se ponga así cuando hasta el personal de urgencias que acude al rescate del pobre atragantado también se deja llevar por los beats de “Techno Clique”. Pero la mejor parte de la fiesta comienza en cuanto se desatasca su paciente: se abre una puerta a otra dimensión y el despiporre crece entre muslos de pollo y trozos de carne voladores y lonchas de salami. Todo un tripi cárnico no apto para veganos que sería, si nos fiamos de las imágenes, una visión alucinada de la víctima.
Aunque, echándole imaginación, podría ser también el producto de la retorcida mente de Alan Palomo para, empujado por la actual corriente, denunciar el consumo de carne en la versión surrealista del smithsoniano eslogan “meat is murder”… Sea como sea, le tire o no la carne a Alan Palomo, una cosa queda clara con este clip: él es el auténtico rey del pollo frito (discotequero). [Jose A. Martínez]
CASSIUS. Hacía seis años que Cassius no lanzaban nuevo material. Aunque, la verdad, para qué vamos a mentir: ¿seis años? ¿No tenemos un poco la sensación de que desaparecieron allá por el año 2001? Pues no, mira. Los franceses siguen vivitos y coleando, y han decidido que, para volver al ruedo, lo mejor que podían hacer era causar ruido. Mucho ruido. Cuanto más ruido mejor. Así que, para empezar, y de cara al primer single de presentación de lo que será su nuevo trabajo (del que, de hecho, poco o nada se sabe), se han hecho con los servicios de Cat Power y Mike D. ¿Cómo t’has quedao? ¡Muerta!
Y no sólo eso. ¿Quieres ruido? Pues la mejor forma de meter ruido es hacer un clip del que se hable. Así, a grosso modo, aquí hay varias cosas de las que se puede hablar al respecto del video de «Action«: los monos y las tipas con pelucas rojas y monos (juas) dorados que ríete tú de Las Bistecs, todos ellos haciendo coreografías patilleras nivel hooligan borracho; los toques de coctelería tiki de extrarradio; los post-producción esa de superposición de mil elementos con trescientos colorinchis destinados a causar dolor de cabeza; el loro; el volcán; el pasillito de tipos vestidos en frac con patas de jamón en las manos; la culturista con un bikini de la bandera yanki preparando una barbacoa; el momento aspiradora; la lluvia de piedras; el «cameo» de Chan Marshall; la lava del volcán hecha con salsa de tomate Orlando; la cortina de butifarras… Y, claro, ESE plano final.
¿Cuál es el problema de todo esto? Que la canción es una santísima mierda y que el videoclip, pese a su aire de fiestaca inmensa, ya lo hemos visto ochocientasmil veces. Especialmente en el tránsito de un siglo al otro. Que es precisamente donde deberían haberse quedado Cassius. [Raül De Tena]
¿EL VEREDICTO? De nuevo, igual que en nuestra batalla de vídeos con simios, en esta nueva batalla de videos / fiestaca hay un claro ganador: Neon Indian, evidentemente. Puede que ambos clips flirteen con el ridículo y con el desastre, pero el de «Techno Clique» consigue hacer de ese ridículo su principal baza mientras que el de «Action» se queda en una horterada de tomo y lomo (y tomate frito).