La Navidad es época de tradiciones y, en estos tiempos que corren, lo religioso ya casi es un McGuffin, una coartada, una excusa, vaya. La gracia de estas fiestas no deja de ser reunirse y repetir los mismos procesos año tras año. Y la tradición está bien. Pero, reconozcámoslo: también puede ser un coñazo. Ya tiene su miga ver los mismos caretos cada Navidad para que, encima, haya que seguir siempre la misma liturgia y comer lo mismo: del 24 al 26 de diciembre vivimos un perpetuo Día de la Marmota… pero cada vez mas viejos. Hay que darle la vuelta a las tradiciones, sacarles brillo e innovar. Y eso es precisamente lo que han hecho en Casa Graupera, una empresa familiar que lleva (ojo al dato) 110 años fabricando turrones, postres catalanes… y neulas. Sí, ese dulce tan simple y tan maravilloso que en muchas casas catalanas (y de fuera) actúa una vez al año como la magdalena de Proust y nos hace revivir nuestra vida en flashback.
Casa Graupera lleva más de un siglo distribuyendo desde Mataró sus neulas por todo el mundo, pero en cierto momento se dieron cuenta de que la tradición no tenía por qué estar reñida con la innovación: desde hace años sacan al mercado dulces originalísimos con la neula como principal protagonista (de hecho, tienen 50 variedades distintas de este navideño barquillo) y desde 2003 crean cada Navidad un turrón especial que se vende de forma limitada (el de este año se llama «Vellut» y está realizado con melocotones de Lleida). Sus postres son tan innovadores como deliciosos y están muy alejados de lo que podamos imaginar y asociar a una festividad tan (ejem) carca como la Navidad.
Hasta el 22 de diciembre podremos encontrar su suculento catálogo de dulces en la pop up store que tienen en la tienda de utensilios de cocina Cooking (en la calle Provença, número 249): un rinconcito en el que comprar y degustar, pero también donde aprender en sus talleres y exposiciones. Dicen de sus productos que no son «dulces» al uso, sino «joyas gastronómicas»; y si quieres sorprender a propios y extraños esta Navidad, deberías dejarte caer por este espacio. Puede que la comida sea la misma (sopa de galets, canelones…), pero gracias a Casa Graupera la sobremesa será más dulce y sofisticada. Lo mejor de todo es que no es un producto meramente estacional: sus joyas se pueden comprar y regalar todo el año.