Si alguien me hubiera dicho hace un par de años que el estreno de una nueva película de François Ozon sería motivo de excitación para mí, no me lo hubiera creído. Que nadie me malinterprete: soy muy pero que muy fan de los inicios de este otrora enfant terrible (de todo lo que va desde «Sitcom» hasta la inconmensurable «Swimming Pool«) pero, en los últimos tiempos, el adocenamiento de este director había sido, cuando menos, alarmante. Y, sobre todo, aburrido. «Potiche«, sin embargo, devolvía la esperanza por la vía de la comedia ligera de fuerte raigambre francés… Pero no hacía prever, sin embargo, lo que estaba por venir: «En La Casa«, la nueva película de Ozon, no sólo se llevó la Concha de Oro en San Sebastián, sino que a partir de entonces se ha visto bañada en un aluvión de críticas positivas que alaban su juego narrativo. La película narra la fascinación de un profesor por las redacciones de uno de sus alumnos, detrás del cual parece esconderse mucho más que una capacidad literaria precoz. ¿El retorno del mejor Ozon? Todo huele a que sí.
Y si el de «En La Casa» siempre ha sido un director proclive al rollo camaleónico, el mismo camino parece que lleva Matteo Garrone. Tras aquella «Gomorra» en la que retrataba la mafia italiana de forma seca y cortante, verosímil como una palada de cal viva sobre tu cara, el realizador cambia de tercio con «Reality«. En este caso, Garrone opta por la sátira y la ironía para abordar una punzante crítica social partiendo de la comedia italiana clásica, aquella repleta de familias disfuncionales y personajes ruidosos. Expectación por ver si el juego funciona tan bien como el de «Gomorra«…
Por último, tengo que reconocer que lo de «Buscando a Eimish» me llama la atención por el hecho de haber mostrado el suficiente buen gusto como para incluir canciones de Nine Stories en su banda sonora… Pero una vez te pones a indagar en la película de Ana Rodríguez Rosell, tampoco es que pinte precisamente mal: un drama romántico y viajero en el que un tipo (Oscar Jaenada) persigue a su novia (Manuela Vellés) desde Madrid a Verona pasando por Berlín intentando recuperar su amor y luchando contra los fantasmas del pasado de ella. Buena pinta.