Es la hora de la prueba de fuego, de la reválida… François Ozon es un director que tuvo un bautizo excepcional con films como «Sitcom» (1998) o «Los Amantes Criminales» (1999), que le valieron inmediatamente el título de enfant terrible del nuevo cine francés. Su estrella, sin embargo, pareció ir apagándose poco a poco: sus films siempre fueron bienvenidos e interesantes, pero nunca volvieron a suscitar en prensa y público un interés cercano al de sus inicios. Hasta que estrenó «En La Casa«, claro. Aquel estreno supuso un cambio de juego absoluto y, de pronto, Ozon volvía a estar en boca de todos. Pero, como decía al principio de este post, es la hora de que el director pase la prueba de fuego y demuestre que su anterior trabajo no fue un flagrante caso de «sonó la flauta por casualidad«.
Tampoco voy a mentirle a nadie: la cosa no pinta bien. El paso de «Joven y Bonita» («Jeune et Jolie«) por el Festival de Cannes 2013 no levantó precisamente pasiones. Tampoco odios, todo sea dicho. La cuestión es que pasó bastante desapercibida. Su estreno en nuestro país, además, no ha llegado acompañado del despliegue que debería suponérsele a la sucesora de «En La Casa«… Y esto es algo que no acabo de entender, porque lo cierto es que el punto de partida de «Joven y Bonita» es bastante sugerente: seguir la vida de una joven obsesionada con la pasión y con el sexo durante cuatro épocas de su vida, cada una de ellas poderosamente marcada por una canción. Así que, sea como sea, esta semana en la cartelera sólo hay espacio para la nueva de Ozon: para cargársela o para adorarla, para una cosa o para la otra la cuestión es que hay que verla.