Lucha de blockbusters en la cartelera: ¿te quedas con los superhéroes de la Marvel en «Ant-Man»? ¿O eres más de la melancolía ochentera de «Pixels»?
Los americanos tienen la Quinta Enmienda y yo tengo una ley que cada año cuando llega el verano me saco de la manga porque me da la real gana. Una ley que dice que el estío es la única temporada en la que los blockbusters (y todo lo que implican: palomitas, refrescos gigantes, etc.) son aceptables y que, por eso mismo, mejor dejamos un poco apartado el cine esnobista. Ahí está la explicación al hecho de que el destacado semanal en esta sección de cartelera no sea ni «El Cumpleaños de Ariane» (porque, la verdad, Robert Guédiguian está últimamente un poco repetitivo) ni «Lío en Broadway» (que dicen por ahí que no es es una muestra del mejor Peter Bogdanovich)… sino «Ant-Man«.
También debería haberse visto venir: el film de Peyton Reed ya encabezó nuestro Top 10 de blockbusters para este verano del año 2015 y, en líneas generales, cualquier persona con dos dedos de frente debería estar medianamente palote con esta película que, además, supone el punto de partida de la Fase 3 del Universo Cinemático de Marvel. ¿Más motivos todavía para verla? Su protagonista es Paul Rudd, así que ya tenemos otro caso de actor cómic puesto al frente de una nueva franquicia de superhéroes que puede volver a igualar la locura general que desató «Guardianes de la Galaxia«. Tiempo al tiempo.
https://youtu.be/Ms9Yd-GSFds
Y, como segundo destacado de la semana, una peli de autor… ¡Que va! ¡Es broma! Como segundo destacado, otro blockbuster como un pino de alto: «Pixels» llama desde su propia naturaleza a todos los afectados por el virus de la melancolía hacia los años 80 y hacia los proto-videojuegos a los que todos jugábamos en nuestra infancia. Todo esto Chris Columbus dirigiendo a Adam Sandler, Peter Dinklage y Kevin James en una trama en la que la única forma de luchar contra los extraterrestres es intentar llegar hasta el final de sus amenazas pixeladas ochenteras. Seguro que no nos cambia la vida, pero a nadie le amarga un dulce.