Después de varias semanas con la cartelera un poco apática, lo de este viernes va a ser como un chutazo de vitaminas en plena vena… Tres peliculones llegan hasta nuestras grandes pantallas avalados cada uno de ellos por un revuelo de diferentes procedencias. La más esperada, no hay duda alguna, es esa «Dallas Buyers Club» que le valió a sus dos protagonistas, Matthew McConaughey (en estado de gracia debido a esa «True Detective» que está en boca de todos) y Jared Leto, dos sendos Oscars a mejor actor y mejor actor de reparto, respectivamente. El morbo generalizado por ver el film viene justificado por lo impactante del argumento de esta película que se prevé intensita (como todo lo que está haciendo McConaughey últimamente, incluido su discurso de aceptación del Oscar): el film retrata la difícil gesta de Ron Woodroof, personaje real que a finales de los años 80 se embarcó en una lucha contra los gigantes farmacéuticos que tenían monopolizados los tratamientos contra el SIDA. Woodroof fue un homófobo recalcitrante que, sin embargo, no dudó en hacerse con la compañía de un travesti para fundar el Dallas Buyers Club, desde el que adquirían medicamentos contra el VIH de todo el mundo que les permitieran probar una suerte que el sistema de sanidad nacional les negaba.
Tampoco habría que pasar por alto el estreno de «Pelo Malo«, una de las cintas que más gustó (tanto a público como crítica) en la última edición del Festival de San Sebastián. En su tercer trabajo, la venezolana Mariana Rondón aborda los prejuicios sociales todavía poderosos contra un niño afeminado que lo único que quiere es alisarse el pelo para unas fotos del colegio. Un punto de partida que puede parecer sencillo pero que también tiene muchas papeletas para romper corazones.
Y, por último, ese estreno que nos tiene a todos a medias desde que dejará a todos divididos en Berlín: ¿será tremendérrimo o hará sangrar nuestros ojos y nos dejará serias lesiones cerebrales? Me refiero a la versión de «La Bella y La Bestia» que se ha marcado Cristophe Gans, «ampliamente» conocido por haber sido el artífice de perlacas como «Crying Freeman» o «Silent Hill«. Sea como sea, el hecho de tener a Léa Seydoux y Vincent Cassel en los papeles de Bella y Bestia, respectivamente, es suficiente justificante para pagar el precio de una entrada… ¿O no?