Ya está, ya ha llegado a nuestras carteleras «Cincuenta Sombras de Grey»… Y admitámoslo: por un motivo u otro, todos queremos ver esta película.
Está claro que una película como el de «Cincuenta Sombras de Grey» asusta… No al espectador, claro, pero sí al resto de estrenos. Si eres una distribuidora y tienes que hacer una planificación temporal en tu calendario de estrenos, seguro que no te vas a arriesgar a poner tu peliculita el mismo fin de semana que se estrena un monstruo de estas características. Básicamente, es auto-condenarte al ostracismo y a pasar desapercibido, porque lo cierto es que en las últimas semanas parece que sólo se habla de esta película y tened por seguro que, en las semanas que procederán al estreno, tampoco van a cambiar mucho las cosas.
Así que nada, ante la sequía de estrenos de esta semana, admitamos la realidad: todos queremos ver «Cincuenta Sombras de Grey«. Algunos la quieren ver porque les gusta la saga de libros (y no me voy a extender más con esta gentuza porque seguro que no leen nuestra web ni de coña). Otros quieren verla para criticarla (y aquí y ahora he de confesar que yo estoy en este grupo de personajes). Otros van a pasar por taquilla por puro morbo (aunque me da que estos son los que más escaldados -que no calientes- van a salir del cine). Y la gran mayoría simple y llanamente quiere verla para tocarse un poco con Jamie Dornan (vale, yo también estoy en este grupo). Sea como sea, eso: visión obligada. Aunque sea para decir que eres más de «Perdida«.
Pero, bueno, teniendo en cuenta que siempre está la facción dura disidente, habrá que proponer alguna alternativa… Y, esta semana, la única alternativa posible es «Red Army«, el documental sobre las relaciones de poder y deporte a tenor del equipo ruso de hockey durante la Guerra Fría que (nadie lo duda) está programado genéticamente para petarlo lo más grande en los Oscars y en todos esos premios con vocación de grandeza.