Es algo aterrador ver las computadoras malogradas que yacían en tu sala y otras en el cuarto de baño.
Siempre supe que eras una chica interesante hasta que dijiste que te gustaban las luces naranjas. Tiempo después entendí por qué el exceso de Xanax.
No me culpes, además eso fue en uno de nuestros sueños, primero en el mío, luego en el tuyo y después de no sé quién más.
Extrañaré que me dibujes caritas felices en los dedos de mis manos y mis pies para decir que tenemos una gran familia feliz que ríe no solo porque gastamos el tiempo jugando Xbox mientras comemos dulces hasta quedar en un coma chocolatoso, sino también por ver videos de cocina en donde sólo se preparen ensaladas.
¿No te sientes extraña? Hoy pasamos casi 23 horas en Gmail y estamos sucios a una distancia de aquí a las estrellas. Fueran 24 si no tuvieras esa costumbre de querer escribir algo antes de dormir en vez de despedirte de mí.
Últimamente he visto que sales mucho más en el buscador, y eso que no te gustaba que te tomara una foto de sorpresa y, al hacerlo, me prohibías el no sonreír hasta que estés en paz conmigo.
Ellen, ya casi son siete los años que no te oigo escuchar tus canciones extrañas y que las cantes después de salir del baño.
Ahora todo parece un performance como «Chandelier«, aunque me hayas dicho que no te gusta el video cuando te lo mandé porque dijiste que tú lo harías mejor, yo solo sonreí.
Es verdad que nos estamos haciendo más viejos, pero no tardaré en ver tu nombre en algún lado de esos que te gustaba publicar tus escritos diciendo: “Ellen Kennedy, the greatest poet (…)” y completando con algo literariamente grandioso. <3
En estos momentos aquí en el sur se acaba el verano de a pocos y caen las últimas gotas de helado derretido al suelo tibio… Al decir esto recuerdo tus manos… Ellen, ¿por qué siempre tenías las manos tibias? ¡Eras un equilibrio total!
Mañana saldré de casa a hacer las compras para la semana, como me enseñaste. Y, sí, también compraré verduras aunque no me gustan tanto como tú las veneras. Veré algunas películas de las que me recomendaste y me iré a dormir.
Ah, y claro, entraré a Gmail.
[SOBRE JOSUÉ R. HIPOLO: Me llamo Josué R. Hipolo y soy editor de la revista de poesía sub25 junto a Roberto Valdivia, Crhistian Bafomec y Carlos Rojas. Hasta el momento he colaborado en esta misma revista y en su web y otros poemas en Errr-magazine.]