Carlos Ann te invita a que recorras el camino que lleva a «París Aísa Barcelona Calella»… Pero, ojo, porque es un camino repleto de dolor y esperanza.
Teniendo en cuenta la alta velocidad a la que transcurren los acontecimientos musicales hoy en día y dada la rapidez con que se encumbran y derrocan a los ídolos actuales y se ponen y quitan modas sonoras, resulta fácil perder la perspectiva y arrinconar injustamente a determinados artistas alejados de los focos más mediáticos pero siempre inspirados por las musas.
Este podría ser el caso de Carlos Ann, aunque no debería serlo. Le avalan veinte años de trayectoria, diez álbumes individuales y seis con otros proyectos (como Bushido, junto a Enrique Bunbury, Shuarma y Morti). Una fructífera carrera en la que el “músico, poeta y cowboy” barcelonés transitó por diversos territorios estilísticos, desde el pop y el rock hasta la electrónica, pasando por la música electro-acústica, fronteriza y de fusión, toda una travesía que refleja su capacidad evolutiva y su ánimo experimentador.
Dos años después de su anterior disco bajo su nombre, “Holograma”, Carlos Ann publicará el 13 de octubre su nuevo trabajo, “Mapa Mental”, cuyas coordenadas geográficas se sitúan entre Berlín, Francia, México y España, lugares en los que se gestó tras seguir varios caminos que lo condujeron al sonido más adecuado, elaborado a la vieja usanza con instrumentos y técnicas de grabación de la década de los 60.
Luego aparecen sus coordenadas metafóricas, conformadas por las ocho canciones que lo componen y que plasman la vida y personalidad de Carlos Ann en un ejercicio autobiográfico que mira tanto al pasado como hacia un nuevo horizonte combinando amor (y desamor), nostalgia y honestidad.
“París Aísa Barcelona Calella” es el tema que presenta “Mapa Mental”, una composición que arranca parsimoniosa, sustentada en una transparente y mínima trama pellizcada por punteos eléctricos y envuelta en un aura melancólica, apesadumbrada y noctívaga. Pero, cuando menos lo espera el oyente, la canción comienza a estallar a la vez que Carlos Ann descarga todos sus sentimientos de desazón, soledad y angustia. Al fin y al cabo, el barcelonés expresa un grito desesperado que sale del fondo de su alma en busca de un hilo de esperanza, de alguien que lo salve de ser engullido por un océano de emociones resquebrajadas.
¿Notan el dolor? Entonces salgan de la vorágine propia de los tiempos modernos y dejen que Carlos Ann los lleve de la mano para escuchar con calma y atención la confesión hecha a corazón abierto que es “París Aísa Barcelona Calella”.