La calidad de una réflex digital en una cámara compacta, una gran variedad de objetivos intercambiables, 18 megapíxeles, pantalla táctil, vídeo Full HD… El nuevo caramelo en el mundo de la fotografía es la Canon EOS M, que ofrece la calidad de una réflex con un cuerpo compacto que puedes llevar a todas partes: un dulce al alcance de cualquiera con todas las prestaciones de la fotografía digital y la inmejorable calidad de las cámaras compactas.
Para presentar en sociedad esta pequeña gran joya, Canon ha reclutado a cinco embajadores que ha etiquetado como La Generación M: cinco fotógrafos multidisciplinares que se distinguen por ser jóvenes, proactivos, emprendedores y que llevan adelante proyectos únicos. A los cinco les ha pedido que graben un vídeo que sirva para dar una perspectiva moderna y actual de un estilo de fotografía tradicional aplicado a su campo de experiencia. Así, en La Generación M hay dos estilistas, una pastelera autodidacta, un retratista y el que más nos ha llamado la atención: Clemens Poloczek, cineasta fundador del blog alemán ingnant.de, cajón desastre de creatividad abierta en la red donde hay cabida para la fotografía, el arte, la arquitectura y el diseño y que recoge al mes más de 300.000 actualizaciones de usuarios de todo el mundo.
Para probar la nueva Canon EOS M, Poloczek se ha embarcado en una peculiar aventura con su colega Rampa a bordo de, tachán tachán, ¡un Delorean!. Y cualquier cosa que tenga que ver con un Delorean ya es un winner... ¿O no? Clemens ha querido recoger las experiencias de un road trip a bordo de este coche retrofuturista que lo ha llevado hasta el pueblo donde nació, Friburg, en pleno corazón de la enigmática y muy espesa Selva Negra, con la intención de reinterpretar el icónico paisaje de su localidad natal gracias a la presencia de un elemento tan peculiar como un Delorean. La nueva cámara le permite no sólo captar el movimiento de una manera muy especial, sino decorarlo con colores y texturas que convierten la imagen en algo único. Total, un viaje al que nosotros, sin duda, nos apuntaríamos con los ojos cerrados.