Reconócelo: el verano te apetecía pero ahora ya te parece una mierda… Y por eso tu banda sonora es esta moodtape repleta de canciones anti-verano.
Cuatro de la mañana, estás horrendamente agotada y, sin embargo, no puedes dejar de dar vueltas y vueltas en la cama. Casi preferirías que todo se debiera a una preocupación muy chunga antes que a algo tan frustrante en cuanto imposible de superar como el puto calor. Y te rascas tanto las dichosas picaduras de ese mosquito que se ha instalado en tu habitación y ha confundido tu cuerpo por un buffet libre de sangre que acabas por hacerte heridas espantosas, y te pongas como te pongas te duelen los hombros calcinados por el sol de ese día en el que, gilipollas como tu sola, dijiste “va, quizás la playa no está tan mal, quizás un poco de sol y un baño fresquito me sentarán mejor que encerrarme en las tinieblas de mi casa”. Le das la vuelta a la almohada y casi lloras al ver que está fresquita, pero, ay, consuelo efímero: en menos de un minuto vuelve a estar ardiendo y tú al borde de un ataque de histeria. Entre resoplido y resoplido empiezas a pensar cómo coño puede gustarle a la gente el verano y, cogida por un raptus de no-puedo-estar-sola-en-esta-guerra, decides crear una banda sonora que acompañe tu odio a la broma más retorcida que la meteorología podía haber pensado jamás: el verano.
La necesidad de apoyo y comprensión frente al asco que provocan todas las caras sonrientes y derretidas que pululan estos días por las redes sociales culminó en esta ecléctica playlist que te hará sentir un poco menos solo. Muchas canciones te harán bailar inevitablemente y me acabarás odiando por haberte hecho sudar aún más, otras quizás te hagan soltar alguna lagrimita refrescante. Hay canciones de todo tipo, de todas las épocas y en varios idiomas (a playlist terminada me doy cuenta de que hay gran presencia de canciones nacionales… Será que aquí hace más calor y odiamos el verano aún más vehementemente), lo que no hace más que reafirmar una sólida convicción: el verano es una puta mierda desde tiempos inmemorables. Advertencia: se me ha ido un poco la mano con tanto odio y el post es bastante largo, tómate tu tiempo y ten una botella de agua fresca a mano.
1. “Verano No”, de Caliza. Esta playlist anti-verano no podía empezar con otra canción por varios motivos: primero de todo, es la canción que me dio la idea y de calle la mejor canción contra el verano de este año como mínimo. Todo en “Verano no” está enfocado a transmitir la idea (cumpliendo su objetivo a la perfección) del hastío veraniego: desde la melodía, con esos sintes tan martilleantes y desesperanzadores, hasta la letra, que repite palabras y acciones hasta culminar en ese estribillo “verano no / verano no / verano no / otra vez no”. A veces soy un poco corta de miras e hicieron falta muchas escuchas para darme cuenta de que la repetición empieza ya desde el mismísimo título, eso también hay que decirlo. Y el vídeo tampoco tiene pérdida: un parque de atracciones, una niña malhumorada y muchos bucles que dan un mal rollo de flipar.
2. «Holiday«, de Happy Mondays. El malrollismo del tema de Caliza deja aquí paso a una canción terriblemente veraniega y de aires playeros… Pero ojocuidau, que no es oro todo lo que el acid-house hace relucir: basta fijarse en la letra para darse cuenta que “Holiday” habla en realidad de unas vacaciones más que frustradas por culpa de un señor de la seguridad del aeropuerto que ha pillado al protagonista con toa la dronja en la maleta.
3. «Summer Lies«, de The Magnetic Fields. Uno de los tópicos de las canciones anti-verano es sin duda la melancolía, el mirar a un pasado al que el sol veraniego infundía un aire idílico y que la mirada presente no puede evitar recordar con un demoledor desencanto fruto de haber tomado consciencia de que todo era simplemente eso, un idilio y, como tal, una engaño. “Summer Lies” adopta el tópico con una desazón lírica in crescendo en toda la canción hasta culminar con ese “Al atardecer, las cortinas cerradas / Me escondo en mi habitación, yéndome a la mierda, cortándome”: como es habitual en los Magnetic Fields, pelos de punta mientras una melodía alegre te recorre la espina dorsal como un escalofrío muy chungo.
4. «Summer on a Solitary Beach«, de Franco Battiato. En esta canción de Il Maestro ocurre algo parecido a “Summer Lies”, ya que nos encontramos con un turuntuntunío que invita al baile junto a imágenes idílicas de playas soleadas hasta que llega, como un cuchillo, el giro de tuerca: una imploración a las olas por parte del que canta a llevarlo lejos de ahí, un “mar, mar, me quiero ahogar” que no admite más réplica que llorar.
5. «David’s Last Summer«, de Pulp. Si algo brilla en las letras de Jarvis Cocker es la enorme plasticidad que consigue otorgar al lenguaje. Sirva como ejemplo esta canción que, al acercarse al spoken word más que al hit popero, consigue rendir a la perfección una imagen veraniega adhiriéndose a sus tópicos -las fiestas, el bañarse de madrugada, los amores de verano- sin jamás caer en lo típico. Toda la canción sugiere un sutil erotismo que apenas asoma la cabeza con la brillante “The room smells faintly of sun tan lotion in the evening sunlight/ and when you take off your clothes / you’re still wearing a small pale skin bikini”, demostrando una vez más que Cocker es uno de los mejores letristas vivos. Siguiendo en el plano de las sutiles sugerencias, lo que aquí parece un endiosamiento del verano acaba por tomar unos tintes oscurísimos, tanto por la degeneración melódica final (que trasmite aún más angustia al no saber concretar exactamente qué es lo que te hace sentirla: es como que algo va terriblemente mal pero no puedes identificar el origen) como por el título de la canción. El tal David, teniendo en su cabeza la analogía de «verano igual a amor e invierno igual a desamor«, no quería que el verano acabara… pero por alguna razón este fue su último. Quizás me paso de fúnebre, pero tengo la sensación de que se convirtió en pasto de gusanos poco después.
6. «Real Summer«, de Future Bible Heroes. Vale, quizás al incluir esta canción en la playlist se me vea un poco el plumero de gran admiradora de Stephin Merrit y todo lo que salga de su cabecita, pero no es mi culpa si, ya sea bajo el nombre de Magnetic Fields, Future Bible Heroes o Suputamadre, el también fundandor del sello Gay And Loud Music compone tales temarrales. La canción básicamente representa el final de algo que marcó tanto al narrador que acabó identificando el suceso con la época en la que sucedió, en este caso el verano. Así, nuevo verano y de paso nuevo novio, pero por alguna razón “esto no es lo que yo llamo verano”, y ese novio no es más un instrumento inútil para combatir la nostalgia. Mención especial a la puyita al verano hecho grupo musical que lanzan aquí, The Beach Boys.
7. «Cruel Summer«, de Bananarama. De la mano de estas diosas ochenteras llega otro de los grandes temas recurrentes en lo que a las canciones anti-verano se refiere: el quedarse solo entre las infernales calles de la ciudad mientras todos, desde ese «you» que parece ser una especie de rollete o pareja sentimental hasta tus amigos, están tó felices en un sitio más fresco. Si con ese «whatdidtheysay!» no has lanzado los brazos y te has dejado la voz en un falsete rebosante de ridículo, te aconsejo que cierres la playlist enseguida, pues ahora vienen unos temarrales para bailar como si se te fuera la vida en ello.
8. «Vamos a la Playa«, de Righiera. Cuando una canción se convierte en algo tan mítico como la que nos ocupa, es común que la gente acabe fijándose solamente en el estribillo y malinterpretándola por completo. Yo misma cometí el error con “Temptation” de New Order, que al saberme en un principio solo lo de “oh, you’ve got green eyes / oh, you’ve got blue eyes / oh, you’ve got grey eyes / and I’ve never seen anyone quite like you before” creía que era una preciosa canción de amor verdadero y fiel sobre alguien con unos ojos con muchimillones de colores. Lo mismo ocurre con el hitazo de los genios de la ironía y el italodisco que fueron Righiera: la gente se queda solo en el estribillo de “vamos a la playa oh-oh-oh-oh” y se olvida del escenario de desolación nuclear que retrata aquí el dúo italiano. Como unos mensajeros del Apocalispis enfundados en camisas coloridas, te sueltan bailando una frase tan chunga como la de “vamos a la playa / al fin el mar es limpio / no más peces hediondos / sino agua fluorescente” sin despeinarse siquiera.
9. «Travesti Cubano«, de Putilatex. Esta es una recomendación que, claramente, no podía venir de otro que no fuera nuestro colegui trannylover José Sanz. Cuando llega el calor, los chicos se enamoran, todos bailamos noches enteras gracias a canciones como esta y los travestis lloran. Por lo menos en este planchazo de electroclash, en el que se esconde una sordídisima historia de prostitución y fiestas de verano que de verano no tienen nada.
10. «Anticanción de Verano» , de Galáctica. Mil gracias a Anita Robla por descubrirnos ya no sólo esta diosada de canción, sino a Galáctica enteros (por qué nadie me los había recomendado hasta ahora, pedazo de inútiles). Bailoteos y surrealismo con mención especial a esa brillante y acertadísima “vamos a pasarlo mal / me gusta el daño que me haces / puedo hacerlo aún mucho peor” en el que la sonrisa se te queda de repente helada en la cara. No sabemos bien por qué y, simplemente, quizás se nos acabe de fundir definitivamente la cabeza por el calor, pero hay algo en “Anticanción de verano” que nos recuerda a “Sálvame” de Nancys Rubias (pero la versión de Bibi Andersen, cuidau).
11. «Vacaciones«, de Aereolíneas Federales. Siguiendo aquí su línea habitual de dioses absolutos del humor, los gallegos versionaron la canción del verano por antonomasia, esa “Summer Nights” de Grease, llevándola a la temática de cómo el verano, pese a todas las expectativas que puedes hacerte sobre él, termina siempre por revelar su auténtica naturaleza de puta basura hasta tal punto de soltar “vacaciones los cojones, es mejor trabajar”. Pequeño inciso: no vamos a incluirla en la playlist porque creemos que las dosmil palabras que llevamos hasta el momento empiezan a pesar un poco, pero en la línea de lo que hacen Aereolíneas Federales con “Summer Nights” es imposible no nombrar la sublime “Homecoming” de The Teenagers.
12. «En La cama Quiero Estar«, de No Fucks. Incluso tú que al primer rayo de sol ya estabas rebozándose en aceite bronceador como una patata, incluso tú que has llegado a este post más por curiosidad que por sentir que no estabas solo en tu odio hacia el verano, en realidad no lo soportas. Lo sé yo, lo sabes tú y lo sabe Julio Iglesias. No mientas, también crees que la playa es una puta mierda, sólo hay que esperar a que algún día te pilles una borrachera y en un raptus de sinceridad por fin salgas de ese armario lleno de toallas y bañadores multicolor en el que te has metido.
13. «Campamento de Verano«, de Teacher Teacher. Ser padre es complicado, y ser padre en verano ya ni te cuento. Así que que no os engañen: los campamentos de verano no se crearon para que hicieseis muchimillones de amigos y aprendieseis los entresijos de la vida fuera de la ciudad: se hicieron para que los padres pudiesen librarse unos días de la lastra que supone tener a un crío al que el calor no le apetece afectar y quiere estar todo el día haciendo cosas. En consecuencia, los campamentos de verano son una experiencia más parecida al infierno que a ese paraíso verde lleno de actividades superdivertidas que te pintan los folletos. (Por cierto, no hemos encontrado en YouTube un link que no fuera el vídeo oficial, así que sintiéndolo mucho sus vais a tener que tragar los sonidos de ambientación del clip.)
14. «Indian Summer«, de Beat Happening. Si tengo que ser sincera, sí hubo un tiempo en el que el verano era mi estación favorita del año: después de doce años de aburrimiento mortal al pasar cada maldito mes de agosto en un pueblo costero italiano, hice allí un buen grupo de amigos. Recuerdo que cada verano me subía al avión y en mi cabeza no paraba de sonar «Ciao Ciao» de Petula Clark. Llegaba a casa, dejaba las maletas y me iba directa a la playa a abrazar a mis amigos, nos contábamos todo lo que nos había pasado durante el año y, al momento, once meses se convertían en un segundo. Fueron los veranos de mi primer amor, de mi primera borrachera y su consiguiente vomitar hasta el alma, los veranos de bañarse desnudos de madrugada y sentirse más fuck da police que nunca. A medio camino entre la inocencia y el mundo adulto, fueron los mejores seis veranos de mi vida. Prometimos ser amigos para siempre, luego las bicis con las que recorríamos las colinas de los alrededores se nos empezaron a quedar pequeñas, hacer hogueras dejó de tener sentido y ninguno volvimos jamás. Un “Indian Summer” en toda regla.
15. «no summer«, de no joy. Hola, ¿en serio necesitas algo más que leer el nombre del grupo y el título de la canción?
16. «Verano«, de Linda Guilala. En realidad, cualquier tema del maravilloso EP que los vigueses publicaron en 2014 podría haberse colado en esta lista; pero, por razones obvias, es “Verano” la que mejor se adhiere nuevamente a esa nostalgia por un tiempo más feliz junto a alguien que parece ser que te hacía feliz. Entre guitarras distorsionadas y una voz dulce, vuelve la identificación del verano con un amor alegre: el frío y la lluvia de la soledad actual se contraponen al calor (físico más que meteorológico) de los días soleados pasados el año anterior junto a la persona que aún quieres pero que ahora ya no está. Tan simple como efectiva en su estructura rítmica y lírica, es probablemente una de las canciones que más nos hacen moquear de toda la metralla de hachazos al corazón que hemos esparcido por aquí.
17. «La Playa«, de Los Planetas. Vuelve aquí el tópico sobre el que ya cantaban Bananarama al principio de la playlist, pero esta vez bajo forma de shoegaze en una canción que ha terminado por ser una especie de himno sobre la puta mierda de situación en la que te encuentras cuando la persona a la que quieres se marcha de vacaciones y tú te quedas hundido en la miseria de las cuatro paredes de tu cuarto. No puedes evitar darle vueltas sobre vueltas, imaginarte mil y una situaciones diferentes con las que podrían destrozarte el corazón, todo eso cantando aquí con un toque bastante creepy-paranoico (“y te estuve persiguiendo…”) que culmina en ese “y pensaba en destrozarte todo el tiempo”. Luego llega el bálsamo, la ansiada llamada en la que escuchas que también han estado pensando en ti y que aplaca tu pesadilla…por unos momentos. El “si me acuerdo, me duele todavía” indica que nanai, imposible deshacerse de la sensación de estar siendo traicionado de continuo cuando tus inseguridades de mierda se reflejan sobre la persona a la que quieres.
18. «El Verano no nos Quiere«, de Los Lagos de Hinault. Bueno, ya vale de pochismo y llorarse encima: demos una (calurosa no, por favor) bienvenida a una de las mejores canciones anti-verano escritas en clave de humor, todo un bombardeo de tópicos veraniegos a los que habría que adherirse para tener un verano de verdad. Hasta un cierto punto, claro, que el “habrá que hacerse con un yate por la vía criminal” de tópico nada pero de lolazo mucho.
19. «Winter in July«, de The 6ths. Sí, vale, lo admito. Quiero tanto a Merrit que no he podido evitar colar una tercera canción suya en la misma playlist. Es la única persona que podría marcarse un 4’33” de John Cage y seguiría diciendo que es la mejor canción pop de la historia. Parece ser aquí que el punto de vista de la canción es el de alguien que ha tenido que volverse a la ciudad tras conocer a una persona especial en un sitio donde por lo menos no llovía todo el rato. Una vez más, estado de ánimo y tiempo metereológico se funden: en Melbourne no para de llover y ella no puede hacer más que llorar. Como cualquiera al escuchar ese “You could have fallen in love / but you let me fly away”, por cierto.
20. «Fourth of July«, de Galaxie 500. Quizás esté cogida un poco con las pinzas, pues la sensación de desazón que transmite no está exclusivamente cerrada al verano, pero no podía dejar pasar la ocasión de colar mi canción favorita de Galaxie 500 en algún sitio. Preciosa tanto a nivel melódico como lírico, “Fourth of July” le pone música y letra a ese querer recluirse del mundo entero, un mundo que incluso en sus manifestaciones más sublimes -el Empire State Building o los fuegos artificiales que caracterizan los festejos del Día de la Independencia en Estados Unidos- es incapaz de provocar cualquier mínimo de emoción o interés. Una pequeña lucecita se encuentra sin embargo en este caso, ese “but i feel alright when you smile”. Ah, y Dean Wareham, por si alguna vez llegas a este artículo, ¿quieres casarte conmigo?
21. «El Último Día de las Vacaciones«, de Espanto. Esta playlist no podía terminar de otra manera que no fuera tal que así, principalmente porque me ha quedado un artículo tan kilométrico que, para cuando acabéis de leerlo -si es que alguien lo hace-, seguramente sea ya septiembre. Septiembre de 2026. Si bien en un primer momento pueda parecer que las imprecaciones y la mala leche sobre “la puta maleta que no cabe en el maletero” o cajones llenos de ratas se deben a que tristemente las vacaciones se acaban, en la canción parece dejarse entrever sutilmente un odio generalizado a todo el verano que culmina el último día de las vacaciones sencillamente porque ya no es necesario fingir que odias el verano.