«Tunes 2011-2019» recopila la producción de Burial durante estos últimos diez años… Y el resultado es una master class en electrónica avanzada.
Pongamos que el grupo promedio actual ha lanzado un máximo de tres discos en la década que va de 2010 a 2019 y que, de hecho, cada uno de esos discos tiene una duración aproximada de 40 minutos. La suma de este minutaje nos arroja un total de 120 minutos, 2 horas. Chimpún. Ahora cojamos el caso de Burial, al que se ha considerado missing in action durante esta década por mucho que haya publicado un total de 15 EPs y 12». No tengo ni idea de cuántos minutos suma entonces la producción en esta década del británico, pero lo que sí que sé es que el tío acaba de recopilarlo todo en «Tunes 2011 – 2019» (Hyperdub, 2019) y que el disco resultante dura dos horas y media. Media hora más que el grupo promedio actual.
Entonces, ¿por qué seguimos considerando que Burial ha estado desaparecido durante esta década? Probablemente, porque su propia biografía nos ha inducido a ello. Al fin y al cabo, el artista publicó en dos años consecutivos dos álbumes que establecieron las bases de un sonido totalmente nuevo. Los discos fueron «Burial» (Hyperdub, 2016) y «Untrue» (Hyperdub, 2017). Y el sonido en cuestión fue el dubstep… Y aquí está el corazón de todo este meollo. ¿A qué dubstep nos estamos refiriendo?
Porque el género apadrinado por Burial siempre tuvo sus elementos particularmente definidos: dubstep espectral, euforia enlatada, el crujir del vinilo (literal) y una bruma como de aparamiento en la periferia a altas horas de la noche. En su momento, se decía que el dubstep parecía salido directamente de las alcantarillas de Londres. Por eso mismo sorprendió que, de repente, al otro lado del charco decidieran que el dubstep era otra cosa. Que era la mierda que hacían Skrillex y todos esos artistas adictos al drop que, inconscientemente, se apoderaron de la terminología a base de éxito masivo.
¿Será por eso que nos parece que Burial se recluyó en su cueva para nunca más salir? ¿O será más bien por su extraña relación con el anonimato? En sus años de mayor popularidad, nadie sabía quién era Burial. La leyenda contaba que el hombre detrás de este alias era ni más ni menos que Kieran Hebden, lo que no parecía descabellado por eso de que el sonido de Four Tet se basa en una paleta de elementos muy similar a la del dubstep, pero ordenados de forma completamente diferente. Sea como sea, en el año 2008, el mismo artista decidió dejar caer la máscara y revelar que el hombre que había detrás era Will Bevan. Un total desconocido que después siguió siendo un total desconocido porque, precisamente desde 2008, no ha habido nuevo disco de Burial.
Hasta finales de 2019, cuando el 15 Aniversario del sello Hyperdub se corona con la publicación de este «Tunes 2011-2019» que recopila (casi) toda la producción del artista en esta década. Queda fuera, inexplicablemente, un temazo del calibre de «Rodent«. Pero lo interesante es que estas dos horas y media de puro goce dubstepero vienen a probar que, desde la disidencia, desde el margen de la industria, desde el desdén a la prensa, desde el hacernos creer que no ha hecho nada en estos diez años, desde el usar canciones de más de 10 minutos en las que encapsula EPs enteros, Bevan lo que realmente ha hecho es definir dos de los sonidos que más profundamente han marcado la década.
Por un lado está cierta espiritualidad que queda condensada en el primer tramo de «Tunes 2011-2019«, donde el ambient crepitante se apodera de la atmósfera e incluso se atreve a flirtear con un new age que hace años que está ahí, esperando que se le recupere, pero que nunca acaba de volver. Este mismo sonido (sin el componete new age) puede rastrearse en gran parte de la producción de todos esos neoclásicos que hace unos años que lo petan. Y, por otro lado, ¿cómo obviar la revisión del sonido rave de finales de los 90 que se ha convertido en una de las obsesiones actuales y que Burial predijo desde la concatenación de dos EPs tan históricos como «Kindred» (Hyperdub, 2012) y «Rival Dealer» (Hyperdub, 2013)? Ojo, que lo de PC Music no es otra cosa que «Untrue» en versión brilli-brilli.
Y, en el epicentro del recopilatorio, «Claustro«: un temón que Bevan publicó unos meses antes en este mismo año 2019 y que prende la chispa de una esperanza básica. La esperanza de que este recopilatorio sirva para que las nuevas generaciones saquen al artista de su condición de joya (no tan) secreta y abracen a Burial como lo que es: pater familias de un sonido (bueno, de varios sonidos) siempre varios años por delante de los demás. Y, sobre todo, como lo que puede ser: uno de los artistas que, habiendo demostrado con esta recopilación que no ha estado de brazos cruzados durante estos diez años, defina la década en la que entramos de formas que todavía no alcanzamos ni a soñar. [Más información en la web de Hyperdub // Escucha «Tunes 2011-2019» en Apple Music y en Spotify]