Vayamos con la verdad por delante: nos sentimos estafados. Porque ayer se hizo pública una nueva canción de Britney Spears, «Work Bitch«, con la que la otrora Princesa del Pop quería entrar por la puerta grande en el mundo de la EDM (y para ello ha contado no con uno, ni con dos, sino con tres productores del palo para producirla: olé sus huevos). Y, sí, el nuevo temazo de la Spears es piyuleo a tope, de ese que, si te pilla con el culo un poco torcido o un poco de resaca de más, te da dolor de cabeza. Pero oye, bien. La simple noticia de que la ex de Kevin Federline siga viva ya es mucho, no te digo saber que también trabaja (y de ahí esa oda a sí misma, ella que va a ser el nuevo avatar de las celebraciones del 8 de marzo).
Además, durante todo el día de ayer en la web de la artista / bailarina / cantante / sustituta por un tiempo de Madonna figuraba un contador en tiempo de descuento que anunciaba que hoy pasaría algo. Y, claro, lo normal era pensar que caería vídeo de la canción (que por aquí nos tiene divididos entre la fascinación y el echar mano de un Gelocatil). Cuál ha sido la cara que se nos ha quedado cuando nos hemos encontrado con un vídeo de media hora, grabado a altas horas de la madrugada, en medio del desierto. Nada del nuevo clip de la Spears, la cosa ha sido un megahappening para anunciar lo que ya sabíamos: que Britney tendrá una residencia de dos años en en el Planet Hollywood Resort and Casino de Las Vegas, como ya hicieran otras grandes de la canción como Céline Dion. Un show que se llamará «Piece of Me» y que contará con un total de cincuenta actuaciones por año para las que las entradas salen a la venta hoy y que le van a repercutir a nuestra amiga en dinero suficiente como para poder pagarse las extensiones durante el resto de su vida. Nos reímos nosotros de los que dicen que Las Vegas es el cementerio para ballenas de los cantantes.
Si queréis ver el vídeo, lo tenéis abajo (bueno, un edit… porque el que hemos visto nosotros en directo es inencontrable). Pero por si no os sobra el tiempo, os lo resumimos: han reunido a 300 rubias (o más, la cuestión es que son MUCHAAS) para levantar unos cartelitos que desde el cielo iban formando la figura de Britney en dos versiones para que a la ídolas se la vea desde el espacio, igual que las cacas de los pingüinos en la Antártida. Pero ¿qué pasa cuando juntas a 300 rubias en 40 metros cuadrados a altas horas de la madrugada? Que no coordinan, y a medida que la presentadora va hablando vemos como van alternando los cartelitos de las imágenes y lo hacen mal, de manera que a Britney ahora le falta un ojo, ahora le sobra otro, se ven espacios vacíos en la imagen… Un desastre, vamos. Luego aterriza Britney en un helicóptero, dice cuatro cosas dando el cogote a cámara y adiós muy buenas. And that´s it. Nos queda el consuelo de que Britney también ha anunciado nuevo disco, que se llamará igual que el single, «Work Bitch«, porque eso es ella, una guarra que trabaja. Y en los próximos años una guarra que ganará 15 millones de dólares al año. ¿Quién dijo que las rubias eran tontas?