Una mujer que se llama Portia y se apellida Poitier y que, además, decide bautizar a su hijo como No Soy Sidney. Este punto de partida podría dar para una novela desternillante e incluso para una sitcom tremenda. Pero, sin embargo, el escritor Percival Everett ha preferido construir en «No Soy Sidney Poitier» una exploración surrealista de cómo la identidad occidental se construye en negativo: siempre en relación a lo que no somos más que a lo que somos. En las páginas de este libro hay humor, claro, pero es un humor triste marca de la casa de Everett, quien prefiere meter al protagonista, No Soy Sidney Poitier, en una concatenación de sinsentidos que, sin embargo, acaban arrojando mucha pero que mucha luz sobre una sociedad que supuestamente ya ha superado el racismo y asumido el «todos somos iguales» pero en la que, a la hora de la verdad, los blancos son incapaces de distinguir entre dos negros o entre distintos niveles de pobreza. «No Soy Sidney Poitier» le valió a Percival Everett el jugoso premio Believer en el año 2010… Y ahora llega hasta nuestras tierras de la mano de Blackie Books, especialistas en coger joyitas ocultas de este calibre y hacernos regalos impagables. Todos sabemos lo que toca a continuación: la adoración de Everett. Que ya era hora.