Ben Westhoff publica «La Fiesta Se Acabó», un libro en el que se pregunta por qué siempre perdemos la batalla contra las drogas sintéticas.
La cosa va tal que así: el gobierno de un país X aprueba una ley que ampara la producción y comercialización de drogas sintéticas con la intención de estimular los fines médicos de las mismas. Pero, en otro lugar del mundo, un científico desalmado descubre que, con sus buenas intenciones, el país X ha creado un resquicio con el que lucrarse. Y se lucra, obviamente. A la vez, los resquicios se van multiplicando e imponen un cambio de las reglas del juego.
Esto es precisamente lo que viene ocurriendo en el mundo en los últimos seis años, en los que diferentes drogas nuevas han llegado a las calles y, sobre todo, a las fiestas de medio mundo. Nos encontramos ante la mayor crisis de opiácos de la historia… Y nadie parece estar hablando de ello. Por eso mismo resulta tan necesario un libro como «La Fiesta Se Acabó» de Ben Westhoff, publicado en nuestro país por la editorial Temas de Hoy.

Westhoff vuelca en este tomo un megalómano ejercicio de investigación con el que rastrea qué hay detrás incluso de la más pequeña pastilla. No se le caen los anillos a la hora de abordar por igual a camellos que se ocultan en la deep web y a grandes barones de la droga en Nueva Zelanda, incluso a fábricas chinas especializadas en producir compuestos presuntamente prohibidos a los que añaden variantes minúsculas.
Y una cosa hay que añadir: si alguien puede hablar de este tema con todas las de la ley, es precisamente Ben Westhoff, quien ayudó al gobierno yanki en su crisis del fentanil. No es de extrañar, entonces, que «La Fiesta Se Acabó» haya entrado en las listas de lo mejor del año de medios tan sibaritas como Kirkus o Buzzfeed… Por mucho que, al final, lo que el autor parezca decirnos sea particularmente pesimista. ¿Por qué no podemos ganarle la batalla a las drogas sintéticas?, pregunta. Porque la química va más rápida que la ley, responde. Pero libros como este ayudan a dar visibilidad al problema y, con un poco de suerte, a solucionarlo.
Más información en la web de Ben Westhoff y en la de Temas de Hoy.