DESTRUIR LAS CONVENCIONES DEL CINE DOCUMENTAL MUSICAL. La vertiente más estimulante de esta edición del In-Edit fue, precisamente (y muy a pesar nuestro), la menos nutrida. Ahora que el festival ha rebasado su primera década de existencia, ahora que ya no necesita los nombres populistas para construir una programación de tomo y lomo, la próxima frontera es dinamitar las fronteras más acomodaticias del cine documental musical. También debemos ser conscientes que no hay que pedirle peras al olmo y que, si no son los realizadores los que optan por explorar estos terrenos, el festival no puede sacarse de la manga algo que no existe. Aun así, este año sí que hubo un buen puñado de valientes que se atrevieron a ir más allá de lo que podría esperarse de un documental musical canónico. Un ejemplo pretérito que llegaba desde la nostalgia era «Beat This!: A Hip Hop History«, cuya visión naif de la propuesta de la Zulu Nation, totalmente ajena a la violencia intrínseca al hip hop, no impide que sus sesenta minutos filmados en 1984 sean degustados como una delicatessen que a ratos provoca sorpresa, a ratos incredulidad y la mayor parte del tiempo puro goce estético. Sea como sea, dos fueran las cintas que consiguieron sorprender al salirse de la zona de confort que proporcionan las convenciones… ¿y erigirse a la vez en lo mejorcito del In-Edit 2013?
MISTAKEN FOR STRANGERS. Aquí podría recurrirse al eterno discurso de que el arte suele nacer del inconsciente, de que cuanto más consciente es una obra de arte menos artística es. Sin embargo, ese discurso resulta naïf y, en este caso, inapropiado: si hay algo que le sobra a Tom Berninger a la hora de idear un documental sobre la banda de su hermano es precisamente autoconsciencia egotista. Lo que inicialmente debería haber sido un documental sobre The National acaba siendo, no se sabe muy bien si por decisión de Berninger o de la banda, un delicioso exponente de cine en construcción. Aun así, lo sublime de la propuesta es que ese giro de 180ª desde «los otros» hacia el «yo» es consciente de lo egocéntrico de la propuesta, pero parece obviar en el buen humor (y el puro cachondeo) del gesto que esto es precisamente lo que están haciendo todo un conjunto de autores alrededor del globo: utilizar el cine como diario personal, como herramienta de auto-exploración y conocimiento. Por extraño que parezca, no resulta descabellado emparejar «Mistaken for Strangers» con «Mapa» (de León Siminiani) o con las ya ilustres correspondencias fílmicas con las que diferentes directores han estado explorando el otro como espejo del yo fílmico. Y si todo lo dicho te resulta excesivamente pajillero, créeme cuando te digo que «Mistaken for Strangers» arrebata por ser una exploración magistral de lo jodido que resulta crecer a la sombra de un hermano exitoso. ¿Existe algo más humano que esto? Sin duda, lo de Tom Berninger no sólo es una de los mejores documentales (no) musicales del festival, sino que es una de las piezas de mejor cine de la temporada.
NAKED OPERA. El documental musical (o no) como mise en abyme… En «Naked Opera» nunca queda claro si lo que estamos viendo es el resultado de la exploración objetiva de la directora, Angela Christlieb, o más bien es un vehículo pagado por el protagonista, el multimillonario Marc Rollinger, para darse el capricho de ver cómo su propia historia se espeja sobre la de ese Don Giovanni que tanto le obsesiona. De una u otra forma, «Naked Opera» acaba siendo la impactante exploración de la paradoja hecha hombre: el ego de Rollinger se ve completamente afectado en lo físico por su propia enfermedad mientras su solvencia económica le proporciona una seguridad arrolladora y arrogante. Tan arrogante como para dejar que los ecos de la ópera «Don Giovanni» se filtren en su vida, donde incluso llega a encontrarse con el invitado de piedra y donde su protagonismo se ve seriamente amenazado por el que sería el verdadero Don Giovanni, ese actor porno con quien establece una relación donde lo sexual y lo emocional bailan una danza macabra destinada a finalizar con el mayor de los dramas. Como documental musical, «Naked Opera» enervará a todos los que se le acerquen para amplificar su fanatismo hacia la mítica ópera. Todos los que busquen una cinta que no explora los intersticios entre ficción y documental, sino que directamente organiza un baile de máscaras en este territorio, que juega a adormecerse en los brazos de la ambigüedad, todos ellos ya tienen nuevo film de culto.
[Raül De Tena + Estela Cebrián]