DESTAPAR LO OCULTO. Partamos de una ambigüedad palpitante: un mito oculto puede ser tanto o más grande que un mito popular. ¿O acaso las celebraciones paganas no han profesado cultos poderosísimos a dioses de lo oculto? Sea como sea, el In-Edit siempre se ha distinguido por su capacidad para destapar mitos ocultos: su voluntad no es, ni de lejos, conseguir que estos mitos se popularicen, sino más bien alimentar las llamas de los mencionados cultos paganos y si, de paso, se ganan unos cuantos adeptos más, pues bienvenidos sean. A este respecto, «A Band Called Death» llegaba al festival dispuesto a repetir el efecto de «Searching for Sugar Man» el año pasado, pero su excesiva autocomplacencia y su percutiente interés por convertir al miembro muerto de la banda en un martir visionario acaban jugándole una mala pasada a este documental al que, de hecho, le falta precisamente la fuerza arrasadora de los Death originales. Si hubo un documental que pudiera (y debiera) equipararse al de Rodríguez es precisamente «El Peor Dios«, que debería ayuda a Los Desechables (a los pasados y a los presentes) a salir del pozo del olvido y ser reivindicados con la cabeza bien alta. Otras cintas se esforzaron en sacar de las sombras a figuras como las de «Bayou Maharajah: The Tragic Genious of James Booker» (otro docu en el que la historia, altamente apasionante, sería mucho más apasionante si no se alargara de forma innecesaria) o la de «Harry Dean Stanton: Partly Fiction» (un film de factura impecable, con un blanco y negro en ajadísimos primeros planes que no hacen más que exteriorizar ese interior que Dean Stanton se empeña en blindar por mucho que tenga una cámara delante). Dos documentales, sin embargo, fueron los que se llevaron el gato al agua a la hora de destapar lo oculto…
20 FEET FROM STARDOM. ¿Qué hay más oculto que esas cantantes de coro que, literalmente, siempre quedan ocultas en el escenario detrás del cantante de turno? «20 Feet From Stardom» nunca oculta que su principal coordenada a la hora de abordar el mundo de estas coristas que han trabajado para gente como Michael Jackson o Sting es el sentimentalismo puro y duro. Pero ser sentimental no significa ser sensacionalista, y eso es algo que tiene muy claro el director de esta cinta, Morgan Neville. Es inevitable que las emociones floten a flor de piel cuando se trata de abordar la carrera de todo un conjunto de mujeres (y algún hombre descarriado) cuya carrera consiste en quedar en segundo plano, enriqueciendo la propuesta de ciertos músicos pero siempre cuidando no resaltar más que ellos. «20 Feet From Stardom» parte desde el optimismo de Phil Spector y la Motown, cuando las coristas podrían haber sido estrellas; pero la película no tarda en escorarse hacia una realidad dura en la que muchas de las coristas, que hablan en primera persona, rozaron un estrellato que, al intentar ser reproducido pero con su nombre en la portada de los discos, acabó en fiasco. Destrozando alguna que otra vida. Así que repito: ¿cómo no permitir el sentimentalismo ante unas mujeres como estas, que han aceptado que el segundo plano es su plano? ¿Y cómo no rendirse ante un documental que es capaz de ser sentimental sin ser bochornoso?
NARCO CULTURA. Estupor y temblores. Eso es lo que provoca el visionado de «Narco Cultura«. Uno entra en el cine con su doble ración de ironía para que lo que escupe la pantalla no le afecte más de la cuenta… Pero es imposible. No hay ser vivo al que le corra un poco de sangre por las venas que no salga mínimamente afectado por lo que explica este documental. Posiblemente uno de los más duros que se han visto en toda la historia del festival. Por un lado tenemos la visión festiva y populista de los narco corridos, presentada desde el punto de vista de una de sus grandes estrellas, uno de los componentes de los BuKnas, que son como una especie de El Consorcio en versión mejicana donde se agrupan esos artistas que se dedican a hacerles cantares de gesta en formato ranchera hip hop a los narcos más peligrosos del país previo encargo. Las lentejuelas, las armas y la devoción que despiertan entre el público (se consideran los nuevos raperos y viven como ellos) se alterna con el relato de un policia forense de ciudad Juárez que en los últimos cuatro años ha visto cómo ejecutaban a tres de sus compañeros y que cada día sale a la calle con la certeza de que puede ser el siguiente en la lista. Un relato duro y explicado a bocajarro de una de las situaciones sociales más al límite que se viven en Sudamérica hoy en día. Heavy.