Damas y caballeros, desplieguen la alfombra roja… No, no es que vayan a hacer acto de presencia Will y Kate para recordarnos la ‘royal pantomima’ de hace unos días, sino que aparecerán ante todos ustedes… ¡los Beastie Boys! Aunque, pensándolo con detenimiento, a los neoyorquinos no les sentaría bien deslizar sus zapatillas sobre un tapiz tan rancio y anquilosado: lo mejor sería colocarlos sobre la tela ajedrezada que se ve en el mini-film “Fight For Your Right (Revisited)” y en la que Elijah Wood, Seth Rogen y Danny McBride se enfrentan a Will Ferrell, Jack Black y John C. Reilly en una batalla de street-dance descacharrante en pos de erigirse en los ‘real Beastie Boys‘. Esa corta pero enorme pieza audiovisual, dirigida por Adam ‘MCA’ Yauch, sirvió como aperitivo de su esperadísimo y eternamente retrasado octavo LP, “Hot Sauce Committee Part Two” (Capitol / EMI 2011) y anticipaba que, tanto su autor (en plena lucha contra el cáncer) como sus otros dos compinches (Mike D y Ad-Rock), habían vuelto para dar unas cuantas patadas de autenticidad a todos aquellos títeres del mundo del rap y del hip-hop que se creen los amos del cotarro por haber recibido un tiro en el culo, tener el pecho palomo y los abdominales de hormigón y aparecer en sus videoclips rodeados de jamelgazas que, supuestamente, se pasan por la piedra las 24 horas del día en sus mansiones. Escuchen “Too Many Rappers (New Reactionares Version)” (con la colaboración de Nas, en una nueva versión del tema que ya había sido publicado como single en 2009) para notar cómo duelen tales golpes de ironía y realidad.
Mucho ha llovido (y muchas cosas han pasado y cambiado en el universo rapero) desde el anterior disco del super-trío, “To The 5 Boroughs” (Capitol, 2004), si no contamos el sorprendente y premiado LP instrumental “The Mix-Up” (Capitol, 2007). Por eso, el mundo necesitaba que los Beastie Boys volviesen a alzar la voz y sus desarmantes rimas, más si cabe en los tiempos de depresión anímica que vivimos. Sin embargo, “Hot Sauce Committee Part Two” no es estrictamente un reflejo de la época actual (a pesar del coyuntural título de “Multilateral Nuclear Disarmament”) al estilo de lo que evidenciaba “To The 5 Boroughs”, homenaje a una ciudad de Nueva York que todavía se movía bajo la sombra del síndrome post 11-S. Funciona, más bien, como un retorno fulgurante, brioso y en plena de forma al rap blanco old-skool divertido que siempre manejaron con maestría MCA, Mike D y Ad-Rock. Su buen sentido del humor convirtió este disco en la segunda entrega de una teórica primera parte que jamás llegó a ver la luz (sobre todo, por la enfermedad de MCA): lo que hicieron fue, simplemente, conservar el conjunto original de composiciones y añadirles un encabezamiento a modo de secuela. Esta especial perspectiva de las cosas se advirtió igualmente en la promoción de su nuevo trabajo y en la forma de dar un golpe sobre la mesa contra la vorágine y la voracidad de los actuales modelos del negocio musical… ¿Que se corría el riesgo de que el disco se filtrara en internet en cuestión de segundos? Lo colgaron al completo para su escucha antes de que eso sucediera. ¿Que esa maniobra podía parecer demasiado simple y manida? Publicaron un clip en el que se observaba un set ochentero compuesto por unos altavoces y unos micrófonos escupiendo algunas de sus canciones en medio de la pista del Madison Square Garden. Es decir: ante nuevos problemas, viejas y contundentes respuestas.
Así se han movido en sus 25 años de vida los Beastie Boys, y en “Hot Sauce Committee Part Two” no varían esa actitud. Se certifica en el arranque del álbum con “Make Some Noise”, arenga a la agitación y a armar jaleo y ruido que se emparenta (salvando las distancias) con el “Bring The Noise” de Public Enemy. El homenaje a la época dorada (finales de los 70 y los 80 al completo) del sonido callejero más genuino se alarga a través de todo el minutaje: unas veces, muestra su lado más clásico (“Here’s A Little Something For Ya”), y otras, el más funkorro (“Nonstop Disco Powerpack” y “Funky Donkey”). Entre medias, sacan a relucir su bromas sonoras auto-paródicas (“OK” y “Say It” recuperan el espíritu del genial “Hello Nasty” -Capitol, 1998- y “Lee Majors Comes Again” aporta las electricidad suficiente para no olvidar el germen rockero de los Beastie) o directamente se arriesgan a adentrarse en terrenos inexplorados de la mano de la perraca de Santigold, que los introduce en los ambientes dub y dancehall de “Don’t Play No Game That I Can’t Win”. De este modo, se constata que el registro de los neoyorquinos no ha perdido color, fuerza ni empuje, aunque su lado más reposado, en el que extienden su flow y sus rimas más milimétricas, también tiene hueco aquí (“Long Burn The Fire” y “Crazy Ass Shit”).
Todas las buenas noticias que a partir de ahora generen Beastie Boys a propósito de “Hot Sauce Committee Part Two” y de otros proyectos que seguro ofrecerán a la humanidad (su alto nivel creativo es irrefrenable) sólo provocarán que su leyenda se agrande. Y quién sabe si por sus mentes inquietas se les está pasando la idea de construir la primera parte de este álbum. Mientras tanto, disfruten de la última obra de unos MCA, Mike D y Ad-Rock en la cumbre de su longeva y brillante carrera. Ch-check it out!
Hot Sauce Committee Part Two by Beastie Boys