Ha sido un mes de experiencias únicas e irrepetibles gracias a Converse y The Ticket… Pero es el momento de echar el cierre y recapitular.
It’s over, it’s finished, it’s gone… Así cantaban The Montgolfier Brothers sobre una ruptura parejil y así cantamos nosotros sobre una ruptura que, aunque no es parejil, sí que nos ha roto el corazón. Y es que, después de un mes haciéndonos la vida un poquito más feliz y loca (ya sabes: como hemos ido diciendo en noticias como esta o esta, nosotros también nos lanzamos de pleno a una actitud puramente vive-la-vida-sneaker), Converse da por zanjada su acción The Ticket. Lágrimas, desolación y una actitud general de «¿y ahora qué?».
La cuestión es que han sido treinta días de oportunidades al vuelo que han convertido las experiencias musicales de un total de cuatrocientas personas en una verdadera locura nunca antes vista: ya fuera plantarse con una furgoneta vintage en el DCode y liarla bien parda, ver a Beck desde el escenario en ese mismo festival, darlo todo como si no hubiera un mañana en Chvrches, asistir al concierto secreto de Klaxons y acabar bailando con ellos sobre el escenario o festejar el aniversario del madrileño 8ymedio como si no hubiera un mañana… Sin lugar a dudas, los participantes de todas estas locuras las recordarán durante toda su vida.
Pero el resto, también, que para algo existen las cámaras de fotos. De hecho, Converse les pidió a los afortunados ganadores de las experiencias de The Ticket que tomaran fotos de todo lo que estaban viviendo y, para ello, les entregó dos tipos de cámaras: desechables y digitales. El resultado lo puedes ver en la galería de fotos a continuación… Pero, mientras tanto, nosotros ya hemos empezado a echar de menos a The Ticket (¿habrá una segunda edición?) y seguiremos llevando el hashtag #Sneakerswould muy cerquita del corazón. Al fin y al cabo, una vez dentro de esta vida sneaker, ya resulta imposible salir de ella.