El nuevo capítulo del diario de gira europea de Aries lleva a la artista a tocar en un lugar un poco espeluznante: unas catacumbas.
Seguimos en Francia. El sitio hoy es Nantes.
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Nada más llegar, vamos a la radio.
Me hacen la entrevista en inglés porque mi francés es nulo, y después marchamos a la prueba de sonido.
Hoy tocamos en un concierto secreto en las catacumbas de una casa. Es un concierto para ochenta personas que llamarán a este timbre.
Y accederán a este lugar flipante por una única escalera de caracol de madera.
Yo tengo mucha claustrofobia, y en mi interior esta situación me angustia hasta el tuétano. No paro de pensar que, si pasa algo ahí abajo, todos moriremos sepultados. Durante mi concierto tengo que cerrar los ojos e imaginar que estoy en otro lugar. Cuando los graves vibran, me cae arenilla en la cabeza. Dioooos, ayúdame.
Pero no digo nada y finjo estar encantada porque los organizadores están emocionados y se han pegado un gran trabajo organizando todo.
La gente está súper-contenta de tener a Calvin, le dan millones de gracias por su música y su sello. Desean preguntarle millones de cosas pero no se atreven.
Como decía, los organizadores se curraron todo un montón: una constante en Francia que está convirtiendo este país en mi favorito para tocar.
Una de las chicas incluso me regaló esta bolsa para transportar tartas hecha por ella misma. Este es su blog. ¡Qué linda!
Por la noche nos llevan a dormir a una casa en medio del campo y pudimos disfrutar de una mañana bucólica.
Paseando por allí, me invade una morriña extrema y añoro mucho a mis mascotas.
Por la tarde llegamos a Rennes. Tocamos en un centro cultural bastante parecido al Vera Proyect de Seattle llamado Le Jardin Moderne. Es martes y la gente no mueve mucho el cucu. Calvin no para de repetirles «you are too groovie», haha.
Desayunamos con los promotores, que son una pareja más buena que el brie, y nos movemos a Brest. Vamos a tener el primer day off en muchos días.
En la sala de Rennes me dispuse a ojear un catálogo de Music Store que me gustaría compartir con vosotros. Las imágenes hablan por sí solas:
¡Con este regusto machista asqueroso me despido hasta el próximo episodio!