Aries hace abre un paréntesis en su diario de gira europea para hablar de la batidora de sonidos que ha vivido en primera persona en Estrasburgo.
Este extracto pertenece a una entrevista a Charades en 2007 (realizada por Uri Amat).
“Supongo que el idioma materno hace las cosas más personales, suenan más a ti… Aunque ya te digo que hay grupos que te los crees canten en lo que canten. Durante un tiempo pensábamos mucho en el sentido de tocar una música que no es la tuya; también en todo el discurso que defiende que el rock es un brazo del imperialismo yanqui, etc… Y teníamos muchas dudas sobre todo, no sólo por el idioma.
Pensaba en grupos como Os Mutantes, que hacían propia la influencia anglosajona y la mezclaban tan bien con la música brasileña y me decía a mí misma: ‘¡joder, debería estar haciendo coros sobre una txalaparta!’.
Pero también creo que el rock o el pop son ya un lenguaje universal que pertenece a todo el mundo… Es como la rueda: es un invento de puta madre que todo el mundo puede utilizar y disfrutar. El Arte y la Cultura están para eso, es lo guay que tienen. Además, si piensas así, puedes caer en las trampas nacionalistas y, por otro lado, me caen de puta madre los japoneses que bailan flamenco. Obviamente, estamos mediatizados y condicionados… Si hubiésemos vivido bajo el Imperio Romano todos tocaríamos la lira, ¡yo qué sé!
De todos modos, intelectualizar todo esto es un rollo que, como puedes ver, no me ha llevado a ninguna parte [risas]. Yo pongo un disco: me da igual que sea de los Beatles que los «Ethiopiques»… ¡Si me llega a las tripas pues ya está! ¡Igual con un cuadro o una poesía! ¡A vivir!
¡No sé si he logrado explicar nada, Uri!»
Cuando toqué en Lisboa este verano, tras el concierto se produjo una explosión musical que me mantuvo emocionada semanas: batida, funk, fados, pop de todas las épocas, tropicalia y electrónica exuberante, todo mezclado en la batidora, provocando mucho sudor. Príncipe Discos mezclado con Rita Lee. Qué bien lo pasé.
Ayer en Estrasburgo asistimos a una pinchada igual de estimulante. Pop francés exquisito, canciones flotantes en la estratosfera Stereolab, descendientes contemporáneos de Serge Gainsbourg, melodías y producciones tan contenidas como elegantes, pasajes instrumentales perfectos, voces delicadas y misteriosas. Oh la laaaa!
Parafraseando mi libro –Paco Umbral style-, «¡cuánto más local, más universal! La cuestión no son las influencias, sino adónde yo las puedo llevar».