Los nuevos vídeos de Ariel Pink & Weyes Blood y The New Pornographers tienen en común que son puro desbarre… Pero, ¿cuál de los dos gana esta batalla?
Por esta sección de batallas visuales ya han pasado clips que confrontaban temáticas tan dispares como llamativas, desde simios humanizados hasta situaciones malrrolleras, pasando por fiestas surrealistas. En esos enfrentamientos virtuales, hemos catado vídeos para todos los gustos y de diversas facturas y nos hemos dejado llevar por nuestros instintos más primarios para reír, bailar o sentir escalofríos. Pero nos faltaba desatarnos de verdad y poner en cuestión nuestra cordura… Y ha llegado la oportunidad de hacerlo empujados por las historias y las imágenes locas de dos videoclips que incluiremos en la categoría de desbarres mentales: “Tears On Fire” de Ariel Pink & Weyes Blood y “High Ticket Attractions” de The New Pornographers.
Eso sí, debemos matizar que existen tantos tipos de desbarres mentales como cerebros pululan por el mundo. Es decir, que lo que para una persona puede ser una gran locura, para otra no es más que una pequeña ida de olla. Todo depende del color del cristal con que se mire. De ahí que sea posible que a algunos no les llamen la atención las dos piezas visuales que subimos esta vez al cuadrilátero; o, todo lo contrario, que se les abran los ojos como platos. De entrada, se debe tener en cuenta que cada una de ellas traducen desparrames ficticios según diferentes códigos: por un lado, a través de la minimalista simbología psicodélica entre la que se mueve la pareja californiana; por otro, la maximalista y caótica explosión de violencia ofrecida por el grupo canadiense.
Avisamos: en ambos casos, por distintos motivos, arquearán las cejas por sorpresa o extrañeza, y enseguida notarán que sus pensamientos racionales intentan ordenar cada sucesión de imágenes para encontrar un significado coherente. Naturalmente, no vamos a desvelar si este par de vídeos lo halla o no antes de que le des al play. Sólo te recomendamos que dejes volar tu imaginación para, al final, llegar a alguna conclusión… que quizá no tenga demasiado sentido.
https://www.youtube.com/watch?v=Ai7iTqXjVI8
ARIEL PINK & WEYES BLOOD. En cualquier asunto en que esté involucrado Ariel Pink sólo se puede esperar que el resultado vaya a ser, como mínimo, singular. En el caso que nos ocupa, si a la personalidad del californiano, tan creativa como extravagante, se arrima la de su vecina Weyes Blood, el nivel de perplejidad aumenta exponencialmente por su especial habilidad para convertir los vídeos de sus propias canciones en objetos fascinantemente raros.
Eso es precisamente lo que sucede en el montaje visual de “Tears On Fire”, el corte que abre su EP compartido “Myths 002” y que, ya de por sí, es una composición delirante por su estructura dislocada, su sonoridad medieval y su acabado imperfecto. De hecho, da la sensación de que el dúo trató este tema como si fuese una parodia freak-folk e incluso de ciertos rasgos de sus respectivos estilos: el pop psicodélico y el (folk)pop ensoñador.
Si se asimilan de antemano los atributos característicos de “Tears On Fire”, se entenderá -en parte- la esencia de su vídeo. Con una estética propia de una leyenda artúrica y próxima a la mítica película de 1981 “Excalibur”, Rosenberg y Mering se presentan tal cual, con sus apellidos, para protagonizar una historia -se supone que de amor- a medio camino entre la fábula celta y el cantar de gesta con trasfondo romántico. Pero olvídense de la épica, del «Carmina Burana» y de grandes dispendios, ya que aquí predomina la limitación de recursos.
Sólo hay que ver la indumentaria de Lancelot cutre (camiseta roída incluida) de Ariel Pink, montado a caballo y acompañado de una especie de Sancho Panza disfrazado de Juan Valdez -el del café- ¿mientras va en busca de su amada? No se sabe con exactitud, aunque Weyes Blood bien podría serlo al aparecer cual hada del bosque que aguarda paciente por él hasta que hace estallar el estribillo heavy-metalero de la canción entre llamas y con los ojos a punto de salirse de sus órbitas.
Fuego, magia, naturaleza, paganismo, espiritualidad y una brillante espada flotante adornan una serie de planos en apariencia inconexos y de imágenes superpuestas de enigmática interpretación que, al final, no queda nada clara. Algo que, por otra parte, no es necesario: este desbarre visual acaba atrapando por su hechizante ausencia de lógica. No importa que parezca el resultado de un viaje triposo vivido bajo el sol californiano y trasladado al Medievo más fantasioso. Si en aquella época se ponían hasta las cejas, seguro que se montaban películas como esta deliciosa paranoia de Ariel Pink y Weyes Blood. [Jose A. Martínez] [Más información en la web de Ariel Pink y en el Facebook de Weyes Blood]
THE NEW PORNOGRAPHERS. Os prometo que, siempre que veo videoclips como este de The New Pornographers para «High Ticket Attractions«, me viene la misma imagen a la cabeza: un círculo de colegas sentados alrededor de una mesa bien cargadita de alcohol y drogas de todos los tipos. No hay comida. Sorry not sorry. Los colegas están, evidentemente, más ciegos que Serafín Zubiri. Y la conversación es del tipo «oye, ¿y si metememos a una tía con cabeza de ornitorrinco rosa que está cabalgando un toro mecánico que no es un toro sino Ramón García con la capa de Navidad?«. Después del consiguiente ataque de risa, el de al lado suelta: «Sí, tío, y entonces Ramón García se transforma en Donald Trump vestido de La Sirenita y le toca el paquete a Bob Esponja«. Y así hasta el infinito y más allá.
Porque, a ver, en serio, pongamos sobre la mesa el desarrollo del nuevo videoclip de The New Pornographers. La cosa empieza normalita: una clase de ciencias en el típico instituto americano. Dos chicos que se hacen la puñeta el uno al otro con bromitas infantiles. Pasemos por alto que, si nos fiamos del buenorrismo de ambos, esto podría ser una peli porno. La cuestión es que, pronto, las bromitas infantiles pasan a ser cafradas absolutas y la cosa se va de madre. El alumnado al completo arrasa con la clase y, como toda buena pandemia, expande su entropía hacia el colegio al completo.
Y aquí es donde se complica la cosa, la verdad. Un poco por nombrar algunos de los featurings más burracos del clip: una pseudo-porno lésbico en el baño que acaba siendo pura destrucción a base de martillos, armas medievales que salen de taquillas de forma mágica, batallas de pintura, muros a los que se les practican simpáticos agujeros, fuegos artificiales indoors, el Ghost Rider de la Marvel, los piquetes humanos de «Frankenstein«… y un extraño chaval al que el caos le resbala como el agua sobre el plumaje de un pato. Tal cual.
Lo jodido es que todo esto funciona a las mil maravillas como «escenario mental» ideal para la canción de The New Pornographers. Específicamente, como ese «escenario mental» que todos tenemos en la cabeza mientras que vamos caminando por los pasillos de la escuela… Aunque en verdad no esté pasando nada y tu vida sea tan aburrida como siempre. Bueno, mira, siempre nos quedará el subidón de un temazo como «High Ticket Attractions«. Algo es algo, dijo Trump mientras le tocaba el paquete a Bob Esponja. [Raül De Tena] [Más información en la web de The New Pornographers]
¿EL VEREDICTO? Se hace muy difícil declarar un vencedor absoluto en una contienda como esta… Al fin y al cabo, seamos sinceros: lo de Ariel Pink es un desbarre que acaba siendo más desbarre todavía porque ha sido grabado con dos putos duros, mientras que lo de The New Pornographers es uno de esos maravillosos casos de «tenemos este dinero y es muuuuuucho, ¿cuánto desbarre nos ofreces?«. Así que cada uno deberá juzgar en su justa medida y decidir quién es su ganador absoluto, porque para nosotros están muy pero que muy empatados.