La historia se repite. Si hace escasos días nos preguntábamos por lo acertado de darle un premio como el Mercury a alguien con una carrera tan sólida como PJ Harvey, ahora toca desenterrar la misma cuestión al eterarnos de que Arcade Fire acaban de ganar el Polaris Music Prize. Que nadie nos entienda mal: no estamos poniendo en duda la pertinencia de entregar sendos premios a los autores de discazos recientes como «Let England Shake» o «The Suburbs» (que para algo lo elegimos en FPM como el mejor álbum internacional de 2010). Lo único que ocurre es que es inevitable pensar si no hubiera ayudado mucho más a la hora de poner sobre el mapa carreras incipientes como las de Austra, The Weeknd o Timber Timbre, todos ellos también nominados a este Polaris Music Prize que distingue cada año al mejor disco canadiense. Así que volvemos a donde estábamos: imposible no alegrarse… pero inevitable pensar también en ese presupuesto tan marveliano que dice «what if?«