Con el paso de los años, muchas personas van perdiendo lo que se llama la “frescura de la juventud”; algo que viene a significar que la vejez lo convierte a uno en un ser más introvertido. En el caso de Andrew Bird la fórmula es inversa. Su timidez y parquedad son sonadas y en las entrevistas parece huidizo. A pesar de esto, Bird posee un magnetismo que atrae a hombres y mujeres por igual, y con su nuevo álbum, «Break It Yourself» (Mom & Pop Music, 2012), el norteamericano parece estar un poco más cerca de los devotos que lo han seguido durante sus más de quince años de carrera musical porque el factor humano es una de sus más destacadas novedades. Los anteriores álbumes estaban cargados de surrealismo, empezando por títulos como «Andrew Bird And The Misterious Production of Eggs» (Righteous Babe, 2005) o «Armchair Apocrypha» (Fat Possum, 2007) y continuando por letras de canciones en las que elementos inertes cobraban vida propia. «Break it Yourself» brinda desde el principio algo más terrenal. La fotografía que adorna la portada pertenece al álbum familiar de los Bird (fue tomada por la abuela de Andrew a los 6 años) y el título, «Rómpelo tú Mismo«, es un imperativo invitante.
En el mes de enero, “Eyeoneye” se presentó como anticipo de lo que sería «Break it Yourself» y, por fortuna, el álbum no sigue la estela de este tema, porque las guitarras contundentes no son menesteres a los que Andrew Bird se tenga que dedicar. Por eso es una grata sorpresa darle al play y que suene “Desperation Breeds”, una canción evocadora y nostálgica donde las haya. Esta constante se mantiene durante la hora que dura el álbum, donde los violines siguen siendo una apuesta segura a la hora de despertar sensibilidades.
Se sabe que este disco fue autoproducido y grabado en una granja; lo que no se sabe es si Andrew Bird, tan resentido por las comparaciones con Rufus Wainwright o Sufjan Stevens, se llegó a inspirar en la música proveniente del altiplano andino, porque no solo se llegan a distinguir palos de lluvia o flautas de pan en algunos temas, sino que “Danse Carribe” tiene incluso partes de joropo. “Polynation” y “Things Behind the Barn” son los temas instrumentales de «Break it Yourself«, mientras que “Lusitania”… Qué decir de “Lusitania”. Ya en “Tenuousness” (tema de «Noble Beast» -Fat Possu, 2009-), Andrew mencionaba en una línea a Portugal, y en este disco se vuelve a inspirar en los lusos aplicando la metáfora de un barco tocado y hundido además de contar con la colaboración de Annie Clark de St. Vincent para este tema. “Lusitania” suena a clásico y es digno de entrar en las recopilaciones de “canciones que me hacen llorar”.
“Give it Away” y “Near Death Experience Experience” son dos temas agridulces que están a medio camino entre la tristeza y el optimismo. “Belles”, una nana para adultos cierra el disco… «Break It Yourself» gana con las escuchas, pero esto no significa que sea necesario escucharlo varias veces para considerarlo una gran creación. Andrew Bird, lo has vuelto a conseguir. He hecho mías estas canciones y he sentido a la vez añoranza y angustia con este largo. Sólo espero que las listas tengan en cuenta a «Break It Yourself» como uno de los mejores discos del año porque, de no ser así… sería injusto.
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