Se acaba de anunciar que Amy Schumer interpretará a Barbie en carne y hueso… Así que analizamos los pros y contras de esta polémica elección.
Si algo nos ha quedado bien clarito en los últimos años es precisamente que Barbie está cambiando. Ya sea con muñecas con cuerpos diferentes al canon, introduciendo nuevas etnias o explorando innovadores campos laborales… Barbie ya no es lo que era. Es mucho mejor, claro. Pero sigue siendo Barbie, y eso no podemos ni deberíamos olvidarlo. ¿Qué significa esto? Que da igual el cuerpo que tenga, la etnia a la que pertenezca o el campo laboral al que se dedique: es una muñeca para niños. Y eso es lo que muchos han visto peligrar en los últimos días cuando se ha anunciado que Barbie protagonizará su primera película de imagen real (y no de animación).
El «peligro», eso sí, no viene por la película… Sino por la actriz protagonista. Pero vayamos por partes: por mucho que el proyecto todavía no tenga director (cargo que, en este tipo de tinglados, resulta cada vez menos importante), sí que tiene unos productores que lo ven clarísimo. Son esos productores los que han anunciado que la película seguirá explorando estos aires de cambios con una trama que arrancará en un Mundo Barbie poblado completamente por Barbies. Allá, una de las Barbies sentirá que no encaja, así que escapará al mundo «real» a la búsqueda de su personalidad.
Hasta aquí, bien. Siempre es bueno inculcarle a los niños el discursito de que no siempre hay que encajar en el canon y bla, bla, bla… La cuestión es que la actriz que encarnará a esta Barbie diferente será ni más ni menos que Amy Schumer, conocida feminista que lleva tiempo forzando las fronteras del canon femenino y del discurso heteropatriarcal a través de su humor (y su serie y sus películas y sus monólogos y su capacidad para liarla lo más grande cada vez que le ponen un micrófono cerca). Pero también una actriz puede que demasiado identificada con una parte de su discurso en el que suele afrontar la sexualidad femenina con la misma normalidad con la que los hombres hablan de la masculina.
Y aquí es cuando muchos piensan que se han juntado el tocino y la velocidad. Porque, recordemos qué es Barbie: una muñeca para niños. Niños que cada vez son más precoces, pero que pueden flipar si se hacen fans de Amy Schumer y deciden buscar otras pelis o monólogos suyos (porque aquí damos por supuesto que un alto porcentaje de padres van completamente despistados y son capaces de ponerles a sus hijos «Trainwreck» justo después de la peli de Barbie). Así las cosas, hagamos balance de todo lo que hay sobre la mesa a favor y en contra de Amy Schumer como la próxima Barbie:
A FAVOR: Argumento con mensaje positivo, discurso feminista de la Schumer, cuerpo fuera del canon de la actriz, alta posibilidad de que la humorista amplíe las fronteras habituales de un personaje (Barbie) tradicionalmente percibido como retrógrado e incluso machista…
EN CONTRA: Desbarres habituales de Amy Schumer, hipersexualización del discurso de la actriz, posibilidad de confusión para los críos entre el personaje que interprete aquí la humorista y los que suele interpretar, peligro de que la Schumer convierta a Barbie en un despropósito…
La balanza está más o menos equilibrada… Y, al final, todo dependerá de Amy Schumer y de las fronteras que se auto-imponga a la hora de interpretar a Barbie no como icono al que observar con distancia irónica, sino como personaje capaz de influir realmente sobre la psique de los más pequeños. El tiempo dirá. [Más información en el Twitter de Amy Schumer]