Amatria dice que lo del electropop ya no es aplicable a «De Las Cenizas»… Y, de paso, nos desgrana su nuevo disco canción a canción.
Cuando, hace más de tres años, el coronavirus irrumpió en nuestras vidas poniendo patas arriba el mundo tal y como lo conocíamos, teníamos claro que, de un modo u otro, aquel histórico acontecimiento se iba a convertir en alimento recurrente de artistas de diverso pelaje.
Dentro del territorio musical, y sin salir de España, disponemos de múltiples ejemplos en forma de canciones y discos que confirman que la pandemia supuso un golpe traumático que todavía se recuerda con nitidez a juzgar por algunos trabajos que se han ido publicando a lo largo de los últimos meses. Uno de ellos es “De las Cenizas” (Vanana Records, 2023), el último movimiento de Amatria que recoge las vivencias de su alma máter, Joni Antequera, acaecidas durante y después del tramo más duro de la etapa pandémica.
El sexto álbum de Amatria es, por tanto, una obra de marcado carácter autobiográfico. Sin embargo, no se trata de un mero retrato personal reducido a una época determinada, sino que va más allá al funcionar como una vía de escape y un desahogo ante momentos de bloqueo, malas rachas y experiencias negativas. De hecho, “De las Cenizas” capta fielmente la dualidad de la vida, que cabalga entre la luz y las tinieblas. Una montaña rusa repleta de contrastes emocionales que aquí se relata desde la perspectiva de Joni expresada a través de Amatria.
Por algo se puede decir que este es también un disco de resurrección. ¿Y quién ha resurgido de las cenizas? “Yo, en varios aspectos”, confiesa Joni. Aunque, en el fondo, este LP es más prosaico de lo que parece: “Cada canción habla de algo empírico. Por poner algún ejemplo, «Donde me Lleva» habla de un after en casa de una banda amiga. «Nana para Jon» es lo que le canto a mi hijo para dormirlo. Y «Lagartija» es una conversación con las lagartijas que me encontraba al ir al estudio después de comer”.
Esta respuesta encaja con las inspiraciones extramusicales que impregnaron “De las Cenizas”, principalmente “los lugares donde habito y las personas a las que amo”. Eso sí, Joni se explaya cuando expone las referencias musicales que le ayudaron a concebir cada uno de sus temas: “Stromae, C. Tangana, Mace con MACHETE, Héctor Lavoe, Kase.O, Jero Romero, Crystal Castles o María Dolores Pradera”.
A pesar de que esta ecléctica ensalada de nombres resulta, de entrada, difícil de asimilar, Amatria logró mezclar -con ayuda de Pau Paredes en la coproducción de varios temas- todos esos ingredientes en raciones compuestas de pop, electrónica, ritmos latinos y sonidos populares que corroboran que Joni Antequera es un autor atrevido e inquieto, al cual no le amedrenta el riesgo creativo ni la experimentación rítmica.
Debido a estos particulares rasgos, habría que desechar la idea preconcebida de encorsetar el estilo de Amatria en “De las Cenizas” dentro del electropop, a secas. “Creo que es un término tramposo y que ya no se debe aplicar a mi música. Hay electrónica y hay pop, sí, pero también hay latino clásico, toques de flamenco y mucho más que tiene demasiado peso como para quedarse solo en electropop”.
Y Joni tiene razón. Así, en el álbum encontramos una versión de la pieza clásica “Miserere” -a medio camino entre la Wendy Carlos de “Switched-On Bach” (Columbia, 1968) y los Daft Punk de la BSO de “TRON: Legacy” (Walt Disney Records, 2010)-, la brisa tropicalista-andina de “La Nube”, la aflamencada y pegadiza “Llámame Loco”, el hit rompepistas “Techno Manchego (Asiejque)” –“un techno en el que cuento una noche en las fiestas de mi tierra”-, el pop radio friendly de la ya mentada “Lagartija”, la refrescante y luminosa “Sol y Sombra” o el rap folklórico de “La Tierra del Lince”.
«De Las Cenizas» en palabras de Amatria
LAS COLABORACIONES. Estos tres últimos temas cuentan con otros tantos invitados, Fito Robles de Siloé, la cantautora conquense Paula Serrano y el barcelonés BOYE, que añadieron sus respectivos condimentos a “De las Cenizas”: “Con Siloé coincidimos en varios festivales justo antes de la grabación de «Lagartija». Me pareció que la voz de Fito podía encajar muy bien y se lo propuse. Con Paula fue algo parecido. La oí cantar en un festival en el que coincidimos y le propuse poner voz a «Sol y Sombra». Fue un gran acierto. Y con BOYE me surgió la idea al ver uno de sus temas por redes, tenía una melodía en la cabeza con una base a medio tiempo y pensé que su forma de rapear podía aportar mucho a «La Tierra del Lince»”.
LA ANÉCDOTA. “Con la canción que da nombre al disco tuve que irme del estudio un rato para dejar que Pau cambiara totalmente la producción. Estaba decidido a dejar que le metiera mano a algo pero, a la hora de la verdad, no podía estar ahí mientras ocurría”.
LA PARTE MÁS FÁCIL Y LA MÁS DIFÍCIL. “La más fácil es cantar una melodía sobre unos acordes, eso me sale solo. La más difícil, entender lo que acaba de pasar y que en el proceso de producción y mezcla no pierda la esencia que tuvo al nacer”.
Ha vuelto Amatria. En todos los sentidos. Y el próximo año presentará “De las Cenizas” en una gira por salas y festivales que tendrá una de sus paradas más destacadas el 23 de febrero en el Teatro Barceló de Madrid, la ocasión ideal para compartir de cerca con Joni Antequera los efectos balsámicos, reparadores y festivos de su nuevo disco.
“Del fuego a las cenizas y a volver a empezar”. Palabra de Amatria. [Más información en la web de Amatria || Escucha «De las Cenizas» en Apple Music y en Spotify]