The Stone Roses rompen más de dos décadas de silencio con «All For One», un tema que suene a segunda resurrección de una banda imprescindible.
Las últimas dos décadas de la historia de The Stone Roses han discurrido por los cauces habituales de toda banda emblemática que, después de alcanzar su apogeo, inicia el descenso hasta su inevitable disolución. Un proceso que comenzó antes de lo esperado y que quemó cada etapa a toda velocidad: conflicto con Silverstone, el sello que los aupó; publicación de un segundo disco que no cumplió las expectativas tras un arrollador debut en largo (aunque, realmente, el denostado “Second Coming” -Geffen, 1994- no era tan calamitoso como se afirmó en su momento); espantada de miembros fundamentales, como Reni (batería) y, sobre todo, John Squire (el particular Johnny Marr de la banda); empeño de su líder, Ian Brown, en seguir adelante con el bajista Mani a pesar de que era consciente de que la empresa no llegaría a buen puerto; conciertos desastrosos; y desenlace previsible que se consumó en octubre de 1996 con una separación, en teoría, definitiva.
A partir de ahí, continuaron los tópicos propios de esta clase de relatos: Squire (en The Seahorses o a solas), Brown (en solitario) y Mani (como componente de Primal Scream) parecían querer dejar atrás su aventura en común mientras crecían los rumores con el paso de los años de una posible reunión del grupo. La prensa especializada británica se tomaba el asunto como un “Sálvame” indie, con sus dimes y diretes, sus fotos robadas y su vaivén de declaraciones de los implicados. Hasta que, un buen día, el culebrón se acercaba a un final feliz con la confirmación del regreso de los Stone Roses clásicos -cuando daba la sensación de que su reconciliación era una quimera- para realizar una serie de directos a partir de 2012 que adquirieron tintes tanto de históricos como de simple excusa para que la banda se llevase una buena pasta. Su primera resurrección se había materializado.
Entre las nuevas generaciones, que quizá no son conscientes de lo que significaron en su día The Stone Roses dentro del pop-rock alternativo británico, su vuelta a la palestra posiblemente despertó poco interés (especialmente fuera de las fronteras del Reino Unido). Bien, siendo sinceros, puede que tampoco llevara a la locura a los aficionados talluditos que conocían al dedillo la cantinela y la aborrecían porque los medios de las islas la habían ido vendiendo como las noticias anuales sobre el avistamiento del monstruo del lago Ness.
Por eso, el surgimiento de más rumores desde aquel retorno a los escenarios en 2012 que aseguraban que The Stone Roses estaban listos para grabar y publicar material nuevo sonaba a cuento de nunca acabar… hasta el pasado 12 de mayo. Justo 22 años después de “Second Coming” y 21 de sus últimos temas inéditos (las dos caras B de su maxi-single “Ten Storey Love Song”), se producía la segunda resurrección de la banda en forma de canción: “All For One”.
El sencillo que la contiene enseña, de entrada, dos detalles reveladores: por un lado, su portada recupera el mítico limón que adornaba la portada de su primer álbum, “The Stone Roses” (Silverstone, 1989), y que se convirtió en su símbolo más reconocible junto con los brochazos de pintura inspirados en Jackson Pollock que esta vez no aparecen para no manchar un fondo de blanco inmaculado; y, por otro, su título plasma el mosquetero espíritu de un grupo que hace toda una declaración de unión y compromiso a través de la letra de la canción, alejada de aquellos arrebatos (explícitos o subrepticios) de egocentrismo y soberbia que mostraban, por ejemplo, “I Wanna Be Adored” o “I Am The Resurrection”.
Pero lo más importante aquí es preguntar: ¿cómo suenan los Brown, Squire, Mani y Reni de 2016? Pues, en contra de las opiniones más escépticas, hay que reconocer que suenan sorprendentemente frescos dentro unos esquemas nada renovados, a pesar de su conveniente puesta al día. Porque “All For One” remite directamente a los orígenes de The Stone Roses y se salta la fase “Second Coming” para mostrar una melodía pop clásica, sesentera, saltarina y vigorosa guiada por la voz entonada de Ian Brown y los acostumbrados riffs guitarreros de un John Squire que no hace ningún alarde desmesurado a las seis cuerdas.
Ahora empieza la carrera por saber si el supuesto “Third Coming” está realmente en camino. Según la hipótesis expuesta por el NME, podría llegar justo antes de los grandes conciertos -anunciados el año pasado a bombo y platillo- que The Stone Roses ofrecerán en el Etihad Stadium de Manchester los próximos 15, 17, 18 y 19 de junio. Cuando ese advenimiento se haga realidad, será el momento de evaluar un regreso discográfico tan esperado por unos como intrascendente para otros.
Más información en la web de The Stone Roses.