Los 80 nunca pasarán de moda, volvieron para quedarse. Cada vez lo tengo más claro… y cada vez la idea me gusta más. Lo que hoy nos ocupa no es un gadget cualquiera. No es un complemento al uso. No es una chuchería ni un capricho. Es nostalgia pura. Pero nostalgia de la buena, de la que te pone feliz y un poco tontorrón. Porque con la imagen de estos relojes de la nueva colección adidas Originals he tenido un maravilloso deja vu, de cuando éramos pequeños y alguien asomaba a la hora del recreo con uno de aquellos relojes digitales tan molones que en aquella época separaban los guays de los cutres -lo de los analógicos mola ahora pero, ¿y lo práctico que era ver la hora con solo un vistazo?-: eran grandes, mostrencorros, bastos y en muchas ocasiones podían ser más grandes que la propia mano. Cuando incorporaron la calculadora aquello fue el acabose, qué manera de chanar con semejante chorrada. Hoy, la línea más vintage de adidas actualiza aquellos objetos cargados de ilusión, suaviza sus formas, disminuye su tamaño y lo convierte en totalmente apto para cualquier look de nuestros días. Estos relojes chanan tanto como aquéllos de nuestra infancia con la diferencia de que molan más por su diseño y no acabarán tirados en una caja con los dígitos difuminados por el paso del tiempo. Diseño y calidad aplicado a un complemento viejo como el mundo y útil como el tiempo. Se presenta en blanco o negro, con un look sport y muy informal. Back to the future? Absolutely.