No le queda otra, pero al amigo Adam Green siempre le colgarán el sanbenito de ser el ex-líder de The Moldy Peaches… y tendrá que cargar con ello el resto de su carrera, lo cual no está del todo claro si le favorece o le perjudica. Todo depende de cómo sean acogidos sus discos en solitario o, en el caso que nos ocupa, del recibimiento de su sexto álbum, «Minor Love” (Rough Trade / Nuevos Medios, 2010), grabado en Los Ángeles por el reputado productor Noah Georgeson, conocido por sus trabajos con Little Joy y Devendra Banhart. De todas formas, a estas alturas todos sabemos las preferencias musicales de este americano juerguista: no deberíamos esperar que, por grabar con este productor o aquel otro, vaya a cambiar su registro de buenas a primeras. Se trata de 14 canciones que suman unos escuetos 30 minutos a razón de casi de 2 minutos por tema en los que se mueve descaradamente (ahí puede que se encuentre su gran virtud) entre el folk más agradable hasta un country más cercano a la americana (“Don’t Call Me Uncle”). Sin embargo, los más puristas podrán incluso apreciar una pequeña evolución, atendiendo a la afirmación del angelino que asegura que «“Minor Love» es un disco más emocionalmente directo que sus predecesores».
Para mí lo que aquí se nos presenta no es más que otra colección de canciones breves con bonitas melodías y con una instrumentación (siempre a cargo de Adam, afirman desde su web) a veces ridícula y en ocasiones brillante… contraste apreciable en temas como “Bathing Birds” y “Goblin”. Aunque también es verdad que los que estén buscando algo al nivel de su mejor obra hasta ahora, “Friends Of Mine” (Rough Trade, 2003), se llevarán (como viene siendo habitual) otra decepción: una vez más, Green no está al (altísimo, también es verdad) nivel conseguido en aquella ocasión, así que tendrá que volver a soportar las comparaciones, en esta ocasión perjudiciales, con aquel gran disco que muchos expertos han calificado como uno de los álbumes básicos de la década dentro de este cada vez más concurrido género. Por otra parte, tampoco parece que lo intente con tesón: «Minor Love» es un álbum simple, sin florituras, que no pretende romper los esquemas a nadie… ni falta que hace, porque eso es precisamente lo que mejor sabe hacer este chico.
Toca la pregunta final: ¿Qué nos ofrece este “Minor Love”? A un Adam Green en buena forma, del que todavía no somos capaces de discernir cuando está de broma y cuándo tomándose las cosas en serio, lo que nos lleva a plantearnos que incluso es posible que sea esa falta de madurez intencionada la que le lleva a mantenerse disco a disco en una situación envidiable dentro de la escena folk actual. Canciones como “What Makes Him Act So Bad” o “Cigarette Burns Forever”, además de las ya mencionadas, así lo acreditan. ¿Repetitivo? Quizás. Pero, como se suele decir: sabías a lo que venías. Asumiendo que no es su mejor disco, Green se olvida de experimentos anteriores volviendo aquí a la sencillez y es justo aceptarle que al menos lo nuevo es mucho más interesante que su mediocre antecesor, «Sixes & Sevens» (Rough Trade, 2008). No le podíamos exigir menos.