¿Por qué de repente todo el mundo le pide a Donald Trump que enseñe el pene? ¿Realmente queremos verlo? ¿Querremos arrancarnos los ojos?
¿Creías que no podía haber nada más vergonzoso que el debate entre Rajoy y Sánchez que presenciamos hace unos meses en nuestro país? Pues eso es porque no estás siguiendo de cerca la carrera hacia la presidencia que están viviendo estos días en EEUU… Si es así, si has decidido vivir de espaldas a lo que está ocurriendo con la política yanki aquí y ahora, es probable que te estés perdiendo el auge de Bernie Sanders o el choque de Hillary Clinton contra la pared de su propia personalidad. Pero lo que seguro que no te estás perdiendo, porque es algo que ya ha trascendido el panorama político, es el ascenso de Donald Trump como uno de esos personajes que, de aparecer en una película, criticarías por no ser verosímil.
Sea como sea, estos días a lo mejor te estás preguntando por qué carajo las redes no dejan de lanzarte a la cara comentarios sobre el pene de Donald Trump. Sí, ya lo sé: preferirías pensar en tu abuela en una orgía del Imserso antes que tener que hacerte una idea mental del rabo de este señor… Pero es lo que hay. La culpa es del mismo Trump, y la explicación es sencilla a la vez que absurda: en el debate del partido republicano celebrado el pasado 3 de marzo (ya sabes: en EEUU, los partidos van celebrando debates internos hasta que sólo queda un único candidato a la presidencia), Marco Rubio hizo un comentario sobre las manos pequeñitas de Donald, implicando que quien tiene las manos pequeñas tiene el pito pequeño. Y Trump, que ya sabemos cómo se las gasta, decidió dejar caer un comentario en el que no sólo afirmaba que su pene estaba bien, gracias, sino que además era un pollote del copón bendito. O algo así.
Las reacciones no se hicieron esperar y, de hecho, por ahí hubo webs que incluso lo tuvieron claro a la hora de declarar la picha de Donald Trump como la vencedora absoluta de este debate. Pero, como suele ocurrir desde que existe Internet, en la world wide web las cosas no han tardado en salirse de madre. ¿Todavía no has visto pululando por ahí el hashtag #TrumpShowUsYourPenis? Pues aquí tienes el vídeo que lo expica todo…
Lo jodido de todo este tinglado es que, al fin y al cabo, tiene sentido. ¿No fue Donald Trump el mismo que le pidió a Obama que enseñara su certificado de nacimiento para comprobar que era un estadounidense de pura cepa? ¿No fue él también el que demandó a Hillary Clinton que enseñara sus mails en pos de una transparencia política absoluta? Ahora el pueblo americano reclama a Trump esa misma transparencia y le pide que, si dice que tiene un pene monstruoso, lo enseñe para que podamos comprobar que es verdad. No es que nadie quiera ver el miembro de este hombre realmente. Todo se hace a la búsqueda de la transparencia política definitiva.
De hecho, el mismo video afirma que el 70% de las afirmaciones de Trump tienen algo de falso, así que esto es sólo una forma más de monitorizar el ratio de verdad en su campaña. Eso sí, es una forma de hacerlo realmente cachonda: el video, que asimila de forma tronchante las convenciones de los anuncios electorales por y para el pueblo, tiene perlas como «put your dick where your mouth is» («pon tu polla donde tienes la boca«), «maybe is wider than is long, like a tuna can» («a lo mejor es más ancha que larga, como una lata de atún«), «release the penis» (en referencia al ya archiconocido «release the nipple«), «before novembre, show us your member» («antes de noviembre, enseña tu miembro«)… O, sobre todo, la acuñación del término «dongand» como fusión de «dong» («picha«) y Donald.
Queda por ver si los creadores del vídeo son capaces de ser solventes también con sus promesas, ya que afirman que, en el caso de que Trump enseñe su pito, entregarán 4 millones de dólares a la organización benéfica que él mismo elija. Pero, la verdad, si este señor enseña el rabo, la solvencia de esta promesa nos la traerá al pairo porque estaremos totalmente ocupados intentando frenar el sangrado de nuestros puñeteros globos oculares.