La gala de los Oscars 2016 se vio marcada a fuego por cinco enfrentamientos épicos y legendarios (o a lo mejor no tanto)… ¿Ya sabes cuáles fueron?
La gala de los Oscars 2016 fue lo más parecido a tener uno de esos novios que son incapaces de tomarse las cosas en serio y que, siempre que surge algún conflicto, recurren a la broma. La cuestión es que, la primera vez que eso ocurre, te ríes. Inevitablemente. Pero, oye, cuando llevas ya varios años, como que te toca la polla que, cuando surge un conflicto, él se lo tome a chanza y la alargue, la alargue, la alargue… Hasta que, al final, resulta que es que ni estás cabreado: simplemente estás A B U R R I D O y quieres que el plasta pare ya con la bromita.
Nos estamos refiriendo, evidentemente, a la polémica al respecto de la total ausencia de nominados negros en todas y cada una de las categorías de los Oscars 2016… Pero no adelantemos acontecimientos, porque este año queremos enfocar nuestra cobertura sobre los premios más deseados (o no) del mundo del cine a partir de cinco encontronazos épicos que, según nuestra opinión, fueron los que acabaron por definir una gala que arrancó interesante pero que acabó incurriendo en los errores de cada puñetero año y hundiéndose en la más absoluta de las miserias del aburrimiento estanco.
POLÉMICA NEGRA vs POLÉMICA TRANS. Si este último año que hemos vivido va a ser recordado por algo en lo que a avances sociales se refiere, será básicamente por haber sido el momento histórico en el que la identidad de género se puso sobre la mesa: una vez superada (más o menos) la homofobia pura y dura, una vez adquirida una normalización mínima de lo gay, es hora de revelar sus corolarios y descubrir toda una miríada de posibilidades que van desde el transgender hasta el genderqueer pasando por un amplio abanico de opciones que todos deberíamos tener ya más que claras.
Pero ¿sabes quién no las tiene claras? La Academia, que se ha empeñado en quedarse estancada en la mencionada polémica sobre el supuesto racismo y se ha dedicado a emplear el 90% de la gala en reclutar a Chris Rock, el presentador negro más blanco posible, para que nos convenza de que todo es agua pasada a base de bromas como las que es necesario enumerar aquí y ahora para dejar constancia de su grado de solvencia:
- Hablar de los Oscars como los White People’s Choice Awards. ¿Veredicto? Bien. Empezamos bien.
- Justificar haber aceptado este trabajo cuando gran parte de la industria negra estaba haciendo boicot a los Oscars diciendo que «sólo la gente sin trabajo te pide que no aceptes un curro«. ¿Veredicto? Meh. Excusas las justas, chata. Si aceptas por la pasta, di que es por la pasta y punto.
- Comentar de forma ligera que, hace unas décadas, un afroamericano no estaba para preocuparse por el Mejor Corto Documental porque, básicamente, tenía que preocuparse al encontrar a su abuela colgada de un árbol. ¿Veredicto? Pues muy mal cuerpo, ¿no?
- Joder directamente a Jada Pinkett Smith, una de las madrinas del boicot a los Oscars, diciéndole que el hecho de que ella boicotée la gala es lo mismo que si él boicoteara las bragas de Rihanna, ya que ni ella ha sido invitada a la velada ni él ha sido invitado a la entrepierna de la RiRi. ¿Veredicto? Así, sí. Uno de los mejores chascarrillos de la noche, sobre todo por eso de imaginar a Jada comiéndose los nudillos en su puta casa.
- Anticipar que el «In Memoriam» de este año estaría protagonizado por negros que han muerto a manos de la Policía. ¿Veredicto? Mal rollito, Chris. Mal rollito.
- Reclamar más categorías negras: ya que existe una diferencia realmente innecesaria entre Mejor Actor y Mejor Actriz, Rock aconseja crear categorías nuevas como Mejor Amigo Negro. ¿Veredicto? Broma fácil, pero efectiva.
- Reinterpretar algunas de las pelis del año introduciendo a la fuerza a actores negros: Whoopy Goldberg aconsejando a «Joy» sobre fregonas milagrosas, Tracy Morgan travistiéndose como «La Chica Danesa«, el mismo Chris Rock como astronauta del que nadie quiere hacerse cargo en «Marte«… Y, sobre todo, esa bestia parda que es Leslie Jones de «SNL» (aunque próximamente vaya a ser una de las Cazafantasmas) encarnando al oso que le pega una buena paliza a Leo DiCaprio en «El Renacido«. ¿Veredicto? Lo mejor de la noche, sin duda.
- Angela Basset presentando un premio hacia un actor que parece que va a ser Will Smith… Pero que acaba siendo Jack Black. ¿Veredicto? Una puta maravilla a la que le faltó una cámara oculta para ver la cara de imbécil de Smith, otro de los paladines del boicot negro.
- El negro que de pronto apareció detrás del biombo que debía dar paso a la actuación de Lady Gaga. Fue un error. Pero la cara de él y su huida de estrangis fue de antología. ¿Veredicto? Mejor que la actuación de la Gaga, a la que daban ganas de abofetear y para ver si se calmaba de una puta vez. PE-SA-DA.
Con esto podría acabarse este artículo, porque la verdad es que en este cúmulo de justificaciones y excusas disfrazadas de broma consistió casi la totalidad de la gala de los Oscars 2016. Pero, ¿por qué jodió más todavía esta actitud de la Academia? Básicamente, porque no dejaron actuar a ANOHNI. No vamos a alimentar una polémica que no existe: a ANOHNI no le dejaron actuar no porque ahora sea una mujer transgender, sino simple y llanamente porque la Gaga aseguraría más audiencia que alguien como el artista anteriormente conocido como Antony. Pero, al fin y al cabo, ¿cómo no tomarse mal que la artista nominada por el tema «Manta Ray» (del documental «Racing Extinction«) no pudiera defender su canción y que, sin embargo, el papanatas de Dave Grohl sí que tuviera sus cinco minutos de escenario?
No estamos diciendo que fuera el momento para que una entidad tradicionalmente aséptica como la Academia se pusiera reivindicativa con algo que les queda tan lejos como la identidad de género… Pero una mínima concesión a una cuestión tan candente hubiera distendido el aburrido ambiente racial y nos hubiera dejado contentos al común de los mortales.
CHRIS ROCK vs EL HISTÓRICO DE PRESENTADORES DE LOS OSCARS. Desde el minuto cero, Chris Rock tuvo que afrontar las inevitables comparaciones con la lista histórica de presentadores de los Oscars: primero, con los más inmediatos (¿por qué todo el mundo se empeñaba en la comparación con Neil Patrick Harris cuando sus estilos no podían ser más diferentes?), después con los más blanquitos (¿Billy Crystal? ¿En serio?) y, finalmente, contra las bestias pardas negras que ya han pasado por el mismo escenario (especialmente, la insuperable Whoopy Goldberg)…
Lo más jodido de este caso es que, al fin y al cabo, y por mucho que inicialmente arrancara con bastante fuerza, la estrella de Chris Rock se apagó pronto no porque fuera peor presentador que todos los mencionados, sino básicamente porque tiró de un repertorio demasiado finito, demasiado corto. Basar todas sus apariciones en el boicot negro fue un puto aburrimiento de tomo y lomo que nadie recordará de aquí a tres años.
[/nextpage][nextpage title=»PARTE 2″ ]VENCEDORES Y VENCIDOS. Meryl Streep nos ha enseñado una cosa a lo largo de los años: es mucho más divertido mirar la cara de los que no se llevan el Oscar que la de los que se hacen con la estatuilla. De esta forma, los subidones de la crew de «Mad Max: Furia en la Carretera» eran majos (y hacían prever lo que finalmente ocurrió: que el film arrasaría en los apartados técnicos… y ya), el discurso -largo y jodidamente aburrido- de Leonardo DiCaprio o el jeto insufrible de Alejandro González Iñárritu fueron un coñazo como no se recuerda.
La verdadera miga está en los que fueron pillados por sorpresa por los galardones, ya fuera para bien o para mal. En el primer caso, había algunos que no se lo creían, como la adorable Alicia Vikander o el señorial Mark Rylance. El verdadero festín, sin embargo, fue ver a Sylvester Stallone quedarse con cara de lelo cuando no fue distinguido como Mejor Actor de Reparto o, sobre todo, el chasco maravilloso cuando un cada vez más subidito Alejandro González Iñárritu se quedaba sin la Mejor Película por mucho que hubiera obtenido el Mejor Director. Te jodes. Por imbécil. Y prepotente.
SORPRESA Y PREVISIBILIDAD. Toda gala de los Oscars tiene que jugar siempre al equilibrio entre la previsiblidad (es decir: si a DiCaprio no le hubieran dado la puñetera estatuilla, es probable que hordas de fans loquers hubieran prendido fuego al Teatro Dolby) y la sorpresa (sinceramente, la Mejor Película para «Spotlight» nos parece un grand finale que ni nos habíamos atrevido a soñar).
Este año, evidentemente, no podía ser diferente, y vivimos varios momentos realmente inesperados… Para empezar, será que nos gusta barrer para casa, pero dábamos por sentado el Oscar a Paco Delgado por «La Chica Danesa» y se nos quedó cara de Iñárritu cuando, en su lugar, se lo dieron a Hagrid con peluca por «Mad Max: Furia en la Carretera«. Lo mismo ocurrio con el bochorno de otorgar la estatua a la regulera -pero más afamada- «Amy» cuando en la terna estaban todo un conjunto de documentales realmente necesarios. Expedientes X a los que no vamos a buscar explicación porque llevamos demasiadas horas despiertos y no nos quedan fuerzas.
HUMOR Y ABURRIMIENTO. Imposible negar que la gala tuvo sus momentos divertidos: Charlize Theron (despampanante) diciendo que todos los guionistas son unos buenorros y que esta era una frase escrita por un guionista; Ryan Gosling apropiándose del Oscar de Russell Crowe (por cierto, ahora que Leo ya tiene su galardón, ¿el próximo en ser reivindicado será Gosling?), Tina Fey haciéndose la borracha, las concesiones a los personajes animados (desde los Minions a Buzz y Woody de «Toy Story» -celebrando su 20 aniversario- pasando por los droides de «Star Wars«)…
Aun así, también es de recibo admitir que lo mejorcito estuvo en los discursos de humoristas de pura cepa como Sarah Silverman (cebándose con el pene de James Bond y señalando que un amplio porcentaje de las mujeres que tienen sexo con el espía acaban intentando matarle), Sacha Baron Cohen presentándose como actor negro o, sobre todo, un pletórico Louis C.K. que protagonizó uno de los mejores discursos de la noche al presentar la categoría de Mejor Corto Documental.
Admitámoslo: el nivel de realización de este año ha sido impecable y con una mayor calidad que en los últimos años… Pero lo cortés no quita lo valiente y, al fin y al cabo, más allá de la primera hora, la gala se hundió en un mar de tedio absoluto en el que todo parecía funcionar con piloto automático. De nuevo, y pese a los intentos loables, el aburrimiento volvió a ganarle la partida al humor en los Oscars 2016.
La lista completa de los ganadores de los Oscars 2016 es la siguiente:
PELÍCULA. «Spotlight«, de Thomas McCarthy
DIRECTOR. Alejandro González Iñárritu por «El Renacido»
ACTOR. Leonardo DiCaprio por «El Renacido»
ACTRIZ. Brie Larson por «La Habitación»
MEJOR ACTOR DE REPARTO. Mark Rylance por «El Puente de los Espías»
MEJOR ACTRIZ DE REPARTO. Alicia Vikander por «La Chica Danesa»
DOCUMENTAL. «Amy«, de Asif Kapadia
PELÍCULA DE ANIMACIÓN. Pete Docter y Jonas Rivera por «Del Revés»
PELÍCULA DE HABLA EXTRANJERA. «El Hijo de Saúl«, de László Nemes
CORTO. «Stutterer» de Benjamin Cleary y Serena Armitage
CORTO DOCUMENTAL. «A Girl in the River» de Sharmeen Obaid-Chinoy
CORTO DE ANIMACIÓN. «Bear Story» de Gabriel Osorio y Pato Escala
GUIÓN ORIGINAL. Tom McCarthy y Josh Singer por «Spotlight»
GUIÓN ADAPTADO. Charles Randolph y Adam McKay por «La Gran Apuesta»
FOTOGRAFÍA. Emmanuel Lubezki por «El Renacido»
MONTAJE. Margaret Sixel por «Mad Max: Furia en la Carretera»
VESTUARIO. Jenny Beavan por «Mad Max: Furia en la Carretera»
CANCIÓN ORIGINAL. «Writings on the Wall«, de Sam Smith y Jimmy Napes
BANDA SONORA ORIGINAL. «Los Odiosos Ocho» de Ennio Morricone
EDICIÓN DE SONIDO. Mark Mangini y David White por «Mad Max: Furia en la Carretera»
MEZCLA DE SONIDO. Chris Jenkins, Gregg Rudloff y Ben Osmo para «Mad Max: Furia en la Carretera»
DISEÑO DE PRODUCCIÓN. Colin Gibson y Lisa Thompson por «Mad Max: Furia en la Carretera»
MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA. Lesly Vanderwalt, Elka Wardega y Damian Martin por «Mad Max: Furia en la Carretera»
EFECTOS VISUALES. Andrew Whitehurst, Paul Norris, Mark Ardington y Sara Bennett por «Ex-Machina» [/nextpage]