Llega el veranito y, con él, la esperadísima época de festivales, forzosamente ligada a la recurrente pregunta: “¿Qué me voy a poner?” Somos muchos quienes llevamos meses planeando nuestros modelitos, algo que no es tarea fácil. Que si el SOS 4.8 por aquí, que si el Primavera Sound por allá, que si el Día de la Música Heineken acullá, y luego FIB, Compempopranea… Vamos, que empieza el buen tiempo y nuestra vida social es un no parar de crucecitas y fechas marcadas en el calendario. Y si, además, por cada festival le ponemos una media de tres días, planear todos los looks puede llegar a ser un infierno. Let’s face it: los festivales son a los hipsters lo que la playa a las chonis y los canis. La ocasión perfecta para lucirnos y enseñar que incluso con el look más casual seguimos siendo los más trendys.
A la gran pregunta ¿qué llevar a un festival?, mis tips festivaleros son los siguientes: un look despreocupado, cómodo, ligerito y divertido. O lo que vendría a ser lo mismo: ese look casual estudiadísimo en el que nada es fortuito, ni siquiera ese mechón de pelo aparentemente descuidado. Ni se te ocurra calzarte unos taconazos de vértigo ni llevar outfits imposibles, ya que no sólo aparecerás en los blogs de tendencias junto a los peores vestidos, sino que no vas a poder disfrutar de los conciertos como se merece. Y aquí es cuando hago memoria y me acuerdo de cuando a una de mis amigas se le ocurrió la maravillosa idea de ir al FIB enfundada en unos pantalones de vinilo. La experiencia fue de lo menos gratificante. Ni se te ocurra: hay una ocasión para todo.
Lazy Oaf no sólo tiene todos los atributos que considero imprescindibles para acudir a un festival, sino que me encanta. Desde que la conocí hace unos años en un viaje a Londres, he caído madly in love con cada una de sus prendas y accesorios.
Para esta temporada, la firma acentúa más (si es que se podía) ese toque naif que la caracteriza, utilizando personajes de Disney (un tanto desproporcionados para evitar pagar copyright, of course, y que recuerdan a los primerso diseños de sus personajes) y siguiendo fieles a sus estampados en colores chillones, frescos y divertidos.
Entre mis prendas favoritas se encuentran la patriótica camiseta con estampado de rayas y estrellas de la bandera americana, la falda de sandía, el vestido de Mickey Mouse abrazándote (el culo) y la icónica camiseta que lucía el Pato Donald.
La marca, que nació de manos de unos diseñadores gráficos e ilustradores en un pequeño estudio de la capital británica, cuenta ya con más de 150 tiendas en todo el mundo y además permite la socorrida (y necesaria) compra online desde su web. Así que no tienes excusa y, además, lo sabes: con estos looks podrías llegar a hacer sombra a la mismísima Alexa Chung en el Coachella.
[M. Àngels Jover]