Hay quien está forzando la polémica al respecto del «Conventual» de Txell Miras en 080 Barcelona Fashion… Pero ¿no es una apuesta por el ascetismo?
Por mucho que a veces tengamos la sensación de que vivimos en el siglo 21, lo mejor será que vayamos aceptando que no es así: la realidad es, más bien, que vivimos todavía engarzados en todo un conjunto de prejuicios de post-guerra y pueblo rural que no hay forma de quitarnos de encima. Son prejuicios que aparecen de forma diferente, pero que siguen apareciendo en casos como el de la presentación de la nueva colección de Txell Miras en el 080 Barcelona Fashion: dudo mucho que su intención fuera transgresora, pero la salida fácil de todo el mundo parece haber sido criticarla por ir de «rompedora» con un concepto que «rompió» hace ya demasiadas décadas.
Pero repito: dudo mucho que en el «Conventual» de Miras haya voluntad de transgredir, sino más bien una especie de celebración de esa fascinación eterna que sigue provocándonos (y que seguirá provocándonos por los siglos de los siglos) todo lo que tiene que ver con el mundo monacal. Habrá quien se quede con las monjas como excusa visual pretenciosamente rupturista, pero la verdad es que más bien habría que entenderlo como apuesta absoluta por el ascetismo como medio de vida (y como guía absoluta de lo estético).
Habrá quien se quede con las monjas como excusa visual pretenciosamente rupturista, pero la verdad es que más bien habría que entenderlo como apuesta absoluta por el ascetismo como medio de vida.
La colección de Txell Miras es una apuesta espartana por la simplicidad a todos los niveles, desde el tonal (con una visible preponderancia del blanco, el negro y el gris habitual de los hábitos monjiles) hasta el de un patronaje en el que aparecen continuas referencias a cinturones de cuerda y otros detalles de clausura. Los materiales son clásicos, sin estridencias ni tecnologías innecesarias, y la gasa blanca aparece comúnmente como «liberación» de la silueta, como necesaria ascensión que aleje la colección del envaramiento de una referencia tan despojada.
Que cada uno se quede con lo que quiera: el que quiera polémica, la tiene; el que prefiera hablar de desfase, también puede; pero lo mejor sería intentar entender la colección de Txell Miras a través de su propia coyuntura, ¿no? [Más información en la web de Txell Miras]