«Spotlight» y «Creed. La Leyenda de Rocky» pelean en la cartelera de esta semana… Y una cosa decimos: la experiencia en el ring no sirve de nada aquí.
Como era de esperar tras los estrenos de cartelera de la semana pasada, que se lanzaron a la piscina como si no hubiera un mañana y nos pusieron en la tesitura de tener que elegir entre una cantidad obscena de pelis bien llamativas, en esta ocasión toca recogimiento, plegar velas y optar por estrenos más humildes. Y, aun así, pese a lo dicho, hay que reconocer que, por lo menos, van a llegar dos películas a la cartelera capaces de atraer a una cantidad de público más que masiva… Todo sea por el efecto Golden Globes / Oscars que ambas traen brillando en su estela.
La primera es, sin lugar a dudas, «Spotlight«. Tras destacar con films de factura indie como «The Visitor» o «Win Win«, el también -muy reconocible- actor Tom McCarthy ha dado la campanada con esta película que abordar el proceso de investigación de un grupo de periodistas en torno a los casos de abusos sexuales a niños perpetrados por un grupo de curas. Con un casting formado por gente de bien como Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery o Stanley Tucci, está claro que «Spotlight» lo tiene todo para convertirse en un imprescindible en la cartelera por lo que tiene de generador de conversaciones al lado de la máquina del café en tu curro.
Pero si no tienes el chichi para farolillos y prefieres una película que te produzca un poco menos de mal rollo, tu opción de esta semana es, sin lugar a dudas, «Creed. La Leyenda de Rocky«, con la que Sylvester Stallone retoma el que probablemente ha sido el personaje más icónico de su carrera (con permiso de Rambo). En este caso, el hijo de Apollo Creed, eterno rival de Rocky, quiere dedicarse al mundo del boxeo para recuperar el título de Campeón del Mundo que una vez ostentó su padre y, de paso, vengarse de Ivan Drago, luchador que causó la muerte de su progenitor a base de palos. Rocky entrará en escena como entrenador y guía del novato… Vamos, que ya sabes cómo va a acabar todo, pero incluso así te mueres de ganas de verlo.