Nos hemos pasado un par de meses probando todos los productos de SantaBarba: aceites, ceras, jabones… ¿Quieres saber el veredicto de este juicio?
Vayan por delante dos cosas… La primera: si hay algún barbudo mayor del reino de Fantastic Plastic Mag, ese soy yo. La segunda: no soy un barbudo rollo primitivo de esos que parecen un neandertal y de los que sospechas que, si metes un dedo en su barba, saldrá sin carne, puro hueso, roído por algún tipo de alimaña moradora de las sombras. Por el contrario, me suelo dejar una pasta bastante gansa en productos para la barba. Mi máxima es: puede que me quede calvo, pero tengo el vello facial para compensarlo. Hay quien lo compensa comprándose un cochazo (y un peluquín). Yo lo hago con mi barba. ¿Algún problema?
La cuestión es que, hace un par de meses, en la redacción de FPM recibimos una caja repleta de productos de SantaBarba. Así que, para empezar, se impuso el deber periodístico y la necesidad de preguntar: ¿quiénes son SantaBarba? La respuesta es que esta es una empresa barcelonesa formada, básicamente, por un grupo de barbudos que se inspiró en los productos de cuidado de la barba tradicionales y en todos esos que veían en sus barberías habituales (y que, la verdad, son todos extranjeros) para crear una línea pensada con un lifestyle concreto en la cabeza: el del barbudo. Vale. Parece sencillo. Pero os prometo que no lo es tanto.
Además, para más inri, SantaBarba tenían claro desde un buen principio que se iban a regir por una máxima más que loable: crear productos orgánicos, naturales y veganos realizados a partir de bases derivadas de plantas y con producción cien por cien local. Aceite de jojoba, de aguacate, de oliva, de argán, de almendras, de ricino, de coco, manteca de karité y otros similares (que los barbudos adoramos tanto como las mujeres de pelo Pantene) son prensados en frío para obtener el resultado final excelente de los productos de SantaBarba.
Pero, oye, ¿cómo es que me atrevo a decir aquí y ahora que los productos de esta firma son «excelentes»? ¿En qué me baso? ¿Estoy siendo un periodista megalómano que hace afirmaciones positivistas de forma gratuita? Ni mucho menos. La cuestión es que, durante estos dos meses, he estado probando absolutamente todos los productos de SantaBarba… Nada de ponerse dos días un aceite y soltar una perorata sobre él: hay productos que hay que probarlos de forma continuada, y eso es lo que he hecho yo. Así que os hablo de primera mano. Y es una primera mano, además, bastante crítica. Para que os hagáis una idea: mi marca favorita de productos para la barba era Mr Natty, básico entre los básicos; pero tampoco he tenido ningún reparo a la hora de afirmar que otros, como por ejemplo Macho, nunca han llegado a convencerme del todo.
El por qué de esta última aseveración es una historia que, como las de «La Historia Interminable«, merece ser explicada en otro momento y en otro lugar… Lo que sí que os puedo explicar es precisamente cómo ha sido esto de probar todos los productos de SantaBarba. A continuación, los someto a todos a un juicio por separado y, al final, ¿cuál será el veredicto para esta nueva firma de productos para barbudos?
ACEITES PARA LA BARBA. Estos cuatro tarritos de aceite para la barba son, sin lugar a dudas, la gran estrella de SantaBarba. Así que vamos uno por uno… «Classy» lo dice todo con su propio nombre: esta fórmula está pensada para un hombre con la suficiente clase como para apreciar las notas de cilantro, clavo y madera de cedro, además de sus cualidades como potenciador del anti-envejecimiento, eliminador de toxinas y estimulante de la circulación. «My Own Summer» se distingue por su aroma cítrico ligado con el del árbol del té y la menta: una mezcla que proporciona frescor y brillo, pero que también hidrata, estimula el crecimiento y repara las puntas abiertas. «Oriental Blend» es el aceite más misterioso de todos gracias a su fórmula formada por canela, naranja amarga y menta, además de por sus propiedades regenerativas, su capacidad para reducir la caspa (ese gran mal de los barbudos descuidados), proporcionar brillo y ser un higienizante antibacterias. Por último, «The Woods» le da cañita brava a los olores de maderas diversas como la del cedro, las bayas de enebro o el sándalo: al mezclar todos estos ingredientes, se obtiene un aceite con propiedades astringentes, antisépticas y cicatrizantes, además de aliviar irritaciones, calmar la piel, evitar el acné y eliminar toxinas. Como puede verse, en SantaBarba no sólo se priman los buenos olores, sino que las cualidades beneficiosas para la barba y la piel son igual de importantes.
A JUICIO… Tengo que reconocerlo: yo soy un hombre «Classy«. No puedo parar. Y, sin embargo, el resto de aceites no se quedan atrás y los reservo para momentos muy concretos de mi vida: «My Own Summer» para cuando llegue el buen tiempo, «The Woods» para cuando necesite un boost de hombría y «Oriental Blend» por si me quedo soltero y tengo que ponerme en plan fucker.
CERAS PARA EL BIGOTE. Los barbudos recién llegados habréis observado que, entre los ídolos del vello facial, hay una tendencia maravillosa a moldear el bigote para que sus puntas miren hacia arriba. Y seguro que os estáis preguntando: ¿cómo carajo consigo hacer eso con mi bigote? Tranquilos, que la respuesta es sencilla: con una cera para el bigote. En SantaBarba tienen dos, ambas con base de cera de candelilla pero con sensibles diferencias la una con la otra… La «Cera Dura para Bigote» se realiza con aceite de coco, manteca de karité y vitamina E, y es ideal para fijar los bigotes rebeldes y que, de paso, te quede olor a romero y árbol de té. Por su parte, la «Cera Suave para Bigote» resulta poderosamente nutriente gracias al aceite de coco, la jojoba y la vitamina E, también con olor a romero y árbol de té pero indicada para bigotes que no necesiten ser domados por profesionales especializados en bestias de zoo.
A JUICIO… Tengo que reconocerlo: mi barba mola, pero mi bigote es de chiste. Será la genética mexicana (o eso decía mi padre), pero justo debajo de la nariz no tengo pelo y el resto de bigote es triste como mirar anuncios de «ayuda al tercer mundo». Aun así, he probado las ceras de SantaBarba. Las dos. ¿Y qué os puedo decir? Que, en mi caso, quedaba «divertido» (por ser políticamente correctos); pero que no dudo ni un instante que en alguien con un bigote decente, puede convertirse en una máquina de matar (o de follar).
JABÓN DE CERVEZA. Es hora de ser sinceros. Vamos allá: este jabón incorpora en su nombre dos de las cosas que más adoro en este mundo: (mi) barba y (cualquier tipo de) cerveza. Eso sí, que nadie piense que puede pegarle un par de lametones al jabón de cerveza de SantaBarba y pillarse un colocón, ya que el producto incorpora otros ingredientes (nada digestivos) como los aceites naturales de aguacate, oliva, ricino, soja, manteca de karité y vitamina E. Según SantaBarba, esto es una bomba regeneradora… Pero, la verdad, repito que a los barbudos del lugar ya nos tenían ganados desde mucho antes. Justo después de «jabón de». En el momento de la «cerveza».
A JUICIO. Aquí no puedo hacer más que dejarme llevar por el subidón y deciros que este jabón de cerveza es una puta pasada. Además de un placer. Va muy en serio. Puede que, para muchos, el momento favorito de la ducha es cuando toca lavarse la entrepierna. Pero, en mi caso, desde que tengo esta pastilla de jabón en mi bañera, resulta que mi momento preferido es cuando puedo pasarme un minutito dale que dale sacando espuma a mi barba con un olorcito de mil maravillas.
¿VEREDICTO FINAL? Supongo que ya se ha ido notando que, al fin y al cabo, la única salida aquí es hacerse fan de SantaBarba… Del jabón ya he hablado largo y tendido. Los aceites me han proporcionado un aspecto sano y lustroso a la barba. Y la cera me ha dado para un par de bromas muy divertidas. Lo dicho: si estás buscando una firma que solucione tu higiene barbuda y que, además, te permita practicar el «think (and buy) local«, SantaBarba es tu nuevo mejor amigo.