La mítica «maqueta plateada» de Family es la versión primigenia de «Un Soplo en el Corazón»… Que ahora Elefant publica en vinilo bajo el título de «Casete».
Hablemos de Family… ¿Existe un grupo que haya influido de forma más determinante en el pop español con una producción tan mínima? Al fin y al cabo, «Un Soplo en el Corazón» (Elefant, 1994) es más que probablemente el decálogo absoluto sobre el que se ha construido buena parte de la producción popera patria, desde el tonti-pop de finales de los 90 al electro-pop que nos embargó ya entrados en el siglo 21. Y, teniendo en cuenta que todo mito siempre va acompañado de leyendas urbanas (o de la índole que sea), ¿cómo iba a librarse el dúo formado por Javier Aramburu e Iñaki Gametxogoikoetxea de que sigamos intentando despejar muchas incógnitas de su historia incluso en pleno año 2015?
Una de esas incógnitas es la mítica maqueta plateada de Family: la versión primigenia (y con menos guitarras) de «Un Soplo en el Corazón» que grabaron en un multipistas Yamaha MT3X. Cuatro pistas de casete que contenían todo lo que después, ya bien producido dentro de un estudio, se convertiría en el disco que se acabó por infiltrar en las vidas de absolutamente todos los fans del pop español. Hasta ahora, la maqueta plateada de Family era una incógnita que muy pocos habían podido escuchar… Pero que Elefant ha decidido sacar a la luz con el mayor de los cariños en la forma de «Casete» (Elefant, 2015).
Es este un vinilo que pretende conservar el misterio de la leyenda, por lo que opta por una edición sencilla (que no simple) y minimalista: la galleta del disco es plateada (evidentemente), mientras que la funda está inundada de ese color azul tan característico de «Un Soplo en el Corazón«. Las canciones han sido remasterizadas por Xavier Alarcón respetando al máximo el sonido original… Pero, eso sí, Family se ha reservado una sorpresa final que desarmará a los fans de la banda: «Casete» se cierra con una versión en la que Aramburu y Gametxogoioetxea abordan el «Sígueme» de Vainica Doble. ¿Había forma de dejar más claro que el agua que nos encontramos con una edición alumbrada desde el mimo infinito?