Después de dedicar un especial a homenajear al French Touch, le dedicamos ahora todo un artículo a los jitazos y temones imprescindibles de este género.
[<< Lee la primera parte de este especial] El French Touch se caracterizó por ser una corriente musical construida a golpe de single o maxi más que por el calado de los álbumes firmados por sus protagonistas. En ese sentido, como etiqueta inscrita en la electrónica de baile, se movió en una dinámica similar a la de géneros como el house y el techno. Salvo consagradas excepciones, como los discos de la época de Daft Punk (“Homework” -Virgin, 1997- y “Discovery” -Virgin, 2001-) o el debut de Étienne de Crécy (“Super Discount” -Different, 1997-), en el recuerdo permanece, sobre todo, un amplio y variado conjunto de temas que pasaron a la historia de la ola francesa en particular y, aquellos que obtuvieron fama global, a los anales de la electrónica de los 90 y primeros 2000 en general.
Independientemente de su tipo, forma y color, esas piezas cumplían con todas o la mayoría de las premisas estilísticas que modelaron el French Touch: voces vocoderizadas, lírica sencilla (casi siempre en torno al enamoriscamiento cuasi juvenil), ingente uso de samples, líneas de bajo gomosas, sintetizadores y teclados de extensa gama cromática y sonidos filtrados.
El tiempo transcurrido desde la explosión del French Touch hasta hoy ha provocado que varias de esas composiciones, pese a disfrutar de cierto éxito entre los aficionados en aquel momento, prácticamente no se recuerden. En determinados casos, de manera injusta. Así pues, a continuación propondremos una lista que pretende recuperar el fulgor efímero (aunque no perdido) de un puñado de aquellos temas almacenados en el baúl del olvido para situarlos junto a otros tantos que, en la actualidad, aún se mantienen tan frescos y brillantes como el día que vieron la luz.
INTRO, de ALAN BRAXE & FRED FALKE. Un clásico básico del French Touch. Quién les iba a decir a The Jets en 1986 que el puente vocal de su single “Crush On You” se acabaría convirtiendo en sample histórico e ingrediente fundamental de un bombón house que debería ser declarado himno oficial de cada inicio del verano.
https://www.youtube.com/watch?v=AQFhSHZ3CsQ
LUCKY STAR (ft. RON CARROLL), de SUPERFUNK. Si nos quedáramos sólo con su letra, pensaríamos que esta pieza roza la ingenuidad empalagosa. Menos mal que los elementos que la envuelven hacen obviar este detalle, empezando por la magnética voz de Ron Carroll. El perfecto maridaje entre el toque francés y el alma negra soul-funk.
BEL AMOUR, de BEL AMOUR. Otro ejemplo cuyo texto, en apariencia, no se recordará por su perfección, aunque encerraba un significado ciertamente ambiguo a juzgar por su traslación en imágenes… Sea como sea, al igual que en el caso interior, su forma cálida y emocional se imponía. Sí, es posible dejarse llevar en la pista de baile con el corazón encogido.
https://www.youtube.com/watch?v=ZyL_ZCDAA9E
SO MUCH LOVE TO GIVE, de TOGETHER. Queda patente que el amor era uno de los asuntos recurrentes del French Touch. Este corte lo demuestra de modo paroxista gracias a su título repetido (¿cuántas veces?) cual mantra espiritual. Finalizados sus más de diez minutazos de duración, la conclusión está clara: te enamorarás hasta las trancas.
FAITHFULL, de FANTOM. Pero no sólo de versos facilones vivían los productores franceses de la época. Algunos, directamente, los eliminaban. Como en este ejemplo, en el que se samplea el sonido inicial del incunable electro “Moskow Diskow” de Telex para desarrollar una pieza instrumental elegante y, sí, muy daftpunkiana.
[/nextpage][nextpage title=»PARTE 2″ ]HONEYMOON, de DJ FALCON. Continuando con los samples, recurso totémico del French Touch: ¿les resultan familiares los utilizados para crear el fondo melódico de este track? Recuerdan poderosamente a la posterior “Digital Love” de Daft Punk… Pero no se derivan del mismo tronco. Eso no impide especular con que DJ Falcon hubiese inspirado a sus amigos robóticos.
AROUND THE WORLD, de DAFT PUNK. Aquí se podría incluir “Da Funk” como mecha primigenia del movimiento electrónico galo, pero el efecto apabullante y el legendario vídeo de “Around The World” obligan a seleccionarlo como símbolo de Daft Punk y su meteórico ascenso. Que levante la mano quien haya intentado imitar parte de la coreografía del citado clip…
GYM TONIC, de BOB SINCLAR. Una pregunta de difícil respuesta: ¿qué habría sucedido si Bob Sinclar hubiese decidido seguir explorando el funky-house en vez de abrazar el dance más patillero? Que quizá habría facturado más bombas sudorosas como esta, producida por Thomas Bangalter y con la voz de una aeróbica Jane Fonda que expresaría su desacuerdo por haberla sampleado.
VENUS (SUNSHINE PEOPLE MIX), de CHEEK. La pieza titular de este maxi partía de la esencia del funky-house para extraer su jugo más distinguido y chic. Con todo, en este caso nos quedaremos con la remezcla realizada por DJ Gregory (en aquella época también miembro de Fantom), que lleva el original a una dimensión donde un grave potente y una eufórica proclama lo convierten en un verdadero canto hedonista.
https://www.youtube.com/watch?v=IvIi-4Fks9Y
FLYING FINGERS, de MOTORBASS. Pero no sólo del house iluminado y luminoso vivía el French Touch. Philippe Zdar y Étienne De Crécy tiraron por el camino del acid menos corrosivo y más accesible en este corte ribeteado por scratches old skool y perteneciente a su único álbum como Motorbass, “Pansoul” (Motorbass, 1996).
1999, de CASSIUS. A Philippe Zdar le encantaba aliarse con compañeros de generación. Otra muestra de sus andanzas grupales fue su proyecto más conocido, Cassius, en cuyo seno facturó temas como “1999”. Ese año no fue precisamente el más significativo del French Touch, pero justo antes de saltar a los 2000 todo el mundo apostaba por que la nueva ola francesa funcionaría como uno de los paradigmas de la música electrónica en los albores del siglo XXI.
[/nextpage][nextpage title=»PARTE 3″ ]SUPER DISCO (WITH ALEX GOPHER), de ÉTIENNE DE CRÉCY. Por su parte, Étienne de Crécy brilló en mayor medida caminando a solas bajo múltiples alias. Aunque se granjeó muy buenas amistades, como la de Alex Gopher, con el que colaboró para dar forma a uno de los tracks definitorios de su álbum de estreno, “Super Discount” (Different, 1997). Más que “Super Disco”, space-disco hipnótico y refinado.
YOU ARE MY HIGH, de DEMON. En esta lista de canciones selectas podría aparecer perfectamente alguna del mentado Alex Gopher o su proyecto Wuz junto a Demon (Jeremie Mondon). Pero rescataremos el principal hit de este último, que se sacó de su chistera una pegajosa composición cuyo título es fácil canturrear hasta en sueños.
FALLING, de I:CUBE. Pieza estilísticamente emparentada con la anterior “Super Disco” de Étienne de Crécy, reduce la cantidad de polvo cósmico para que se aprecien en todo su esplendor unas notas de piano que remiten al chill out ibicenco genuino. Imaginen escuchar “Falling” en una maravillosa playa mediterránea mientras se pone lentamente el sol… Pues eso.
MUSIC SOUNDS BETTER WITH YOU, de STARDUST. Para muchos, la abanderada del French Touch por su alcance masivo… hasta que llegó “One More Time”. El tándem formado por Thomas Bangalter y Alan Braxe a la producción y la voz galáctica de Benjamin Diamond sólo necesitó aunarse una vez para desbordar genialidad. Visto en perspectiva, podía haber entrado en el “Discovery” de Daft Punk sin ningún problema.
https://www.youtube.com/watch?v=QTk_TULd_VY
SO I BEGIN, de GALLEON. Poco antes de que la era dorada de la electrónica francesa comenzase a decaer, su ala más comercial aprovechó el tirón para intentar pasar a la posteridad. Y lo consiguió, gracias a Modjo y su “Lady”, The Supermen Lovers y su “Starlight” y Galleon y su «So I Begin», quizá la pieza menos machacada mediáticamente de las tres.
Una vez hecho este repaso, tienen ustedes la opción de escuchar buena parte de los cortes elegidos en el siguiente mix non-stop cuya única intención es rememorar, en un ejercicio de pura nostalgia, las sensaciones vividas durante el apogeo del French Touch…
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