Una de las trilogías literarias más interesantes de los últimos tiempos recibe su más que merecido broche de oro con «Los Difuntos», de Jorge Carrión.
Este mismo año 2015, Jorge Carrión cerraba el que no es sólo uno de sus proyectos más ambiciosos, sino también el que ha sido y sigue siendo uno de los proyectos más interesantes de la galaxia literaria patria. Nos estamos refiriendo a «Las Huellas«, una trilogía de novelas que comprende las afamadas «Los Muertos«, «Los Huérfanos» y «Los Turistas» y que nos ha ofrecido un buen puñado de años repletos de literatura de alto copete como ya no se practica. Por eso mismo habrá que celebrar que, ahora, Carrión ha decidido darle a su trilogía un broche de oro tal y como merece en forma de epílogo.
Se trata de «Los Difuntos«, publicado estos días en nuestro país de la mano de Aristas Martínez. El punto de partida no podía ser más chocante (y más «Las Huellas«): un hombre aparece de pronto en un callejón de Nueva York. Está desnudo y, en menos que canta un gallo, ya lo han vendido como esclavo para trabajar en el interior de un edificio gigante en forma de elefante, alimentando la caldera central con su pala. Pero el hombre no se quedará de brazos cruzados, y pronto pondrá en marcha una estrategia para la liberación colectiva que pasa por la vía del terrorismo y del mesianismo y que, sorprendentemente, le vale todo un séquito de guerrilleros incondicionales.
Steam punk, western y filosofía se dan la mano en «Los Difuntos«, que viene a ser la precuela ideal para la teleserie «Los Muertos» (que se emitió en la Fox entre los años 2010 y 2011). Y, por si fuera poco, el relato de Carrión viene ilustrado ni más ni menos que por la pluma de Celsius Pictor, a medio camino entre el daguerrotipo de época y el detallismo futurista del mencionado steam punk. Lo que está claro es que todo suma para convertir «Los Difuntos» en uno de los eventos más sonados de esta temporada literaria.