Acaba de publicar el cómic «Illworld» y es el Premio Minotauro 2015… Por todo ello le pedimos a Elio Quiroga que recomiende un libro en nuestro Book Club.
Escritor, guionista, director de cine… Hay quien tiene la necesidad de encasillar su creatividad en el cajón estanco de un oficio concreto y delimitado. Y hay quien, por el contrario, muestra una versatilidad infinita a la hora de desbordarse por encima de los muros de contención de esos oficios. No lo hacen como quien picotea de aquí y de allí, sino más bien como quien es poseedor de una creatividad tan desbordante que sabe que es imposible ponerle límites. Son personas como, por ejemplo, Elio Quiroga, quien está viviendo un momento particularmente dulce en su carrera. ¿O deberíamos decir «en sus carreras»?
Vamos por partes. El primer campanazo de Quiroga fue «Fotos«, una rara avis dentro del panorama cinematográfico español que fue aclamada en el Festival de Sitges y que pronto se haría con una pequeña gran legión de seguidores adictos a su acercamiento visceral a algunos temas sexuales rayanos al tabú (sobre todo si tenemos en cuenta que la película data de 1996). Como director, Quiroga seguiría explorando sendas incómodas en films como «La Hora Fría» (2007), «No-Do» (2009) o «The Mystery of the King of Kinema» (2015). Eso sí, esta carrera como cineasta ha ido creciendo pareja a su carrera como escritor, que le ha llevado a publicar varios poemarios y tres novelas del calibre de «El Despertar«, «Los Códices del Apocalipsis» e «Ydill«.
Y, ahora, el dulce presente. En los últimos meses, Quiroga no sólo ha publicado el cómic «Illworld» (Tyrannosaurus Books) con dibujos de Francisco de la Fuente, sino que también ha sido galardonado con el prestigioso premio Minotauro 2015 por su novela «Los Que Sueñan«, que se publicará en el mes de octubre. ¿Es o no es esto un momento dulce que viene a celebrar una carrera que en verdad son muchas carreras, todas interesantes y elocuentes? Nosotros, por ahora, le pedimos a Elio Quiroga que, con el buen sabor de boca de «Illword» todavía presente en el paladar y para ir abriendo boca de cara a su inminente «Los Que Sueñan«, nos recomiende un libro. Eso sí, el autor sigue demostrando versatilidad y, en vez de uno, nos recomienda dos. [FOTO: T.P.]
ELIO QUIROGA… «Voy a recomendar dos libros: una novela y un ensayo. La novela es “Bastardos de Bardinia” (Fundamentos, Cams-PDS), de Emilio González Déniz. Muchos dicen que es la mejor novela del escritor, una de las voces más preclaras, luminosas y fascinantes que han salido de mi tierra, las Islas Canarias. “Bastardos…” es para mi el “Cien años de soledad” de la literatura canaria. Quien la descubra podrá comprender un poco mejor a los isleños, nuestro carácter y parte de la historia que se esconde en la memoria de mi gente.
“Bastardos de Bardinia” es gran literatura, y como tal, nos revela algo sobre nosotros. Algo que quizá no nos guste. En mis islas, hace demasiado poco tiempo, todavía existía el derecho de pernada, y un puñado de gente aprovechó el paso de la guerra civil para ajustar cuentas. Si en la península la España más negra y siniestra reposa y se funda en cientos de tumbas que nadie quiere mirar -qué vergüenza que sigamos así- y en las que reposa el alma de una dictadura que dejamos morir en la cama, en Canarias fueron más expeditivos, y las tumbas están en los despeñaderos bajo los que rompe el Atlántico o en los profundos pozos de agua que horadan las islas. En esos lugares se ocultan muchos secretos inconfesables.
“Bastardos de Bardinia” es una obra maestra, y recomiendo su lectura, siempre. Alexis Ravelo dice de ella que es de lo mejor que se ha escrito en Canarias en los últimos 50 años. Yo diría que es de lo mejor de la literatura española reciente. Del mismo autor también os recomendaría “La Mitad de un Credo”, “El Llano Amarillo” u “Hotel Madrid”.
El ensayo que os recomiendo es “¿Quién Controla el Futuro?”, de Jaron Lanier (Debate). Lanier es un gurú tecnológico, de la generación de Steve Jobs o Bill Gates, y comparto su visión de las consecuencias que Internet está teniendo en las sociedades actuales.
Para él, estamos en la era de lo que llama los “servidores sirena”; servicios en una Internet ubicua, que se han vuelto imprescindibles para la gente, pero que son monopolísticos, intrusivos, espían a las personas y generan unos problemas gigantescos. En este momento, quienes más sufren los efectos negativos del “mundo de los servidores sirena” en el que la raza humana empieza a entrar son las personas que viven de tareas de creación de objetos fácilmente copiables por medios digitales. El cine, la música y la literatura han sido arrasadas por los “servidores sirena”, que basan gran parte de su éxito en la copia infinita de archivos digitales, con el precio a pagar de que ellos, los servidores, reciben un gran beneficio de cada copia de esos archivos, pero estos resulta que se vuelven “no monetizables” y pierden su valor objetivo hasta hacerse prácticamente cero.
Muchas industrias caerán, según Lanier, a medida que sus productos se puedan obtener mediante archivos digitales (imaginad que podáis un día de estos hacer un coche entero en una impresora 3D; a la industria del automóvil a partir de ahí no le quedará ni un asalto). Vivimos, para Lanier, en una dictadura que esclaviza -hace trabajar sin salario- a los internautas que, encima, accedemos a ello felizmente, como ratas de laboratorio; así, millones de personas generan a diario contenido para Facebook o Twitter sin recibir nada a cambio. La solución que Lanier propone es inteligente e interesante. Dejo al futuro lector que la descubra leyendo su libro.»