El concierto de L.A. en el ciclo 43 Live The Roof nos llevó (literal y figuradamente) hasta las alturas… Te lo explicamos todo en esta crónica.
Aforo reducido; ambiente selecto y relajado; dorados cócteles Ginger 43 cortesía de la bebida patrocinadora del evento (como su nombre indica, Licor 43); meteorología veraniega a pesar de que agosto daba sus últimos coletazos; la ría de Vigo de fondo y la península del Morrazo recortando el horizonte; una bella panorámica del paseo marítimo de la ciudad olívica como gran decorado… Estos fueron los ingredientes del segundo concierto del ciclo 43 Live The Roof en Vigo, realizado en la azotea del Hotel Bahía de Vigo. Bueno, realmente, en la terraza situada sobre su entrada principal, lo que permitió que la atmósfera de la cita fuese aún más íntima y acogedora (eso sí, con palco VIP improvisado en las habitaciones de los pisos superiores…) hasta convertirse en un auténtico directo en el tejado, tal y como sugirió su protagonista, Luis Alberto Segura, alma máter del grupo mallorquín L.A.
En pleno atardecer, a solas y pertrechado con su guitarra acústica, ni siquiera las complicaciones de sonido iniciales, la falta de afinación de su instrumento y sus problemas de garganta impidieron que Luis Alberto elaborara un set absolutamente transparente, delicado a la par que intenso (¿de verdad tenía mermadas sus cuerdas vocales?), que devino en demostración de un músico al desnudo enfrentándose cara a cara a su repertorio propio (centrado en el último álbum de su banda, “From The City To The Ocean Side” -Sony Music, 2015- a través de piezas como “Love Comes Around”, “Living By The Ocean” o “Revolutionary Disguise”, aunque también repasó otros momentos de su discografía) y ajeno (en forma de tres logradas versiones: “Angel Dream”, de Tom Petty & The Heartbreakers; “In The Devil’s Territory”, de Sufjan Stevens; y una muy sentida “Sonnet”, de The Verve).
L.A. salió más que airoso de este envite ayudado por el silencio sepulcral de la audiencia (sólo roto por los graznidos de alguna que otra gaviota curiosa) y el embrujo de la noche iluminada por las luces de la ciudad. Así, el mallorquín transmitió con naturalidad desde la suavidad de “Pictures On The Wall” al arrebato de “Older”, pasando por la energía (despojada de electricidad) de “Under Radar” y la nostalgia veraniega de “Do You Wanna Dance With Me Again Next Summer”. Entre medias, su permanente conexión con el público -salpicado de rendidos fans-, puso la guinda a una actuación que capturó al 100% la esencia del 43 Live The Roof, que ha llevado durante la época estival y seguirá llevando las próximas semanas a diversas azoteas repartidas por todo el país su especial formato en directo.
[FOTOS: Iria Muiños]