Si creías que la metralleta de sonido brasileña se había silenciado, te equivocas… Necesitas escuchar (y enamorarte y flipar con) Pearls Negras.
¿DE DÓNDE SALEN? Pearls Negras salen aquí y ahora de Vidigal, en Rio de Janeiro… Pero hay que remontarse una década atrás para contextualizarlas bien contextualizadas. La cuestión es que resulta realmente curioso (e incluso un punto surrealista) que, hace ahora unos diez años, nos volviéramos locos con el sonido de las favelas debido principalmente a la acción primero conjunta y luego por separado de dos mentes preclaras que durante un tiempo fugaz fueron pareja: M.I.A. y Diplo se las ingeniaron para que, siendo ella británica de ascendencia india y el más estadounidense que la mantequilla de cacahuete, dirigiéramos nuestros ojos directamente hacia los barrios más bajos de Brasil.
El resultado fue una ola de hip-hop carioca, de funk adrenalínico y calentorro, de electrónica cochambrosa para espídica que algunas bandas como Cansei de Ser Sexy o Bonde do Rolê supieron aprovechar para tener un mínimo de pegada… que acabó diluyéndose en la absolutamente nada. De aquello sólo quedan ecos eventuales en la propia M.I.A. y muy pero que muy distantes en un Diplo reconvertido en héroe del EDM. Así las cosas, Pearls Negras han caído sobre la escena mundial como una bomba de neutrinos destinada no sólo a recordarnos que Brasil sigue existiendo y que siguen molando lo más grande, sino también a dejar bien claro que el mundo entero pertenece a estas tres jamelgas de entre 16 y 18 años con una producción lo-fi pero un flow que no te ha pegado una hostia semejante desde el «212» de Azealia Banks.
NOS TIENEN TÓ LOCOS PORQUE… ¿Hola? ¿Tú has visto la foto de promo de Pearls Negras que corona este texto? ¿No es semejante superávit de molonidad suficiente excusa como para dejar atontado a cualquiera? Pero es que resulta que, más allá de sus pintarracas impresionantes, a medio camino entre las bubuzudas del documental «Favela on Blast» y las raperas de nueva generación de ascendente yanki, Pearls Negras han sabido convencer a propios y a extraños con un musicón que coge el legado del hip-hop carioca de hace una década y lo acerca a los preceptos del trap más actual.
La clase media ya no existe y las nuevas clases bajas van encontrando voces poderosas a través de las que expresarse… Lo de Pearls Negras no es una voz, es un vozarrón.
En el pasado año 2015, Pearls Negras publicaron no una sino dos mixtapes repletas de hitazos que sonaban a metralleta de exultante juventud: primero «Biggie Apple» y luego «Nossa Gang» asentaron las bases de un sonido que es refrescante pero violento como un jarro de agua congeladísima en el día más caluroso del verano. Dicen por ahí que la clase media ya no existe y que las nuevas e incómodas clases bajas van encontrando poco a poco voces poderosas a través de las que expresarse… Y resulta que lo de Pearls Negras no es una voz, es un vozarrón de esos capaces de romper copas de cristal.
PREDICCIÓN DE FUTURO. Hace bien poquito que Pearls Negras iniciaron su campaña de conquista de la península: protagonizaron una calurosa noche en Razzmatazz Clubs (Barcelona) que, día a día, semana a semana, va creciendo a base de un boca / oreja cada vez más intenso e insistente. Así las cosas, y siendo su música el epítome de la canícula estival, no sería de extrañar que Pearls Negras ya tengan trazado todo un plan maestro para recorrerse el próximo verano no sólo los clubs más calentorros de nuestra geografía, sino una red de festivales en los que deberían ser el fin de fiesta que cierre los mejores festivales.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. M.I.A. + juventud insultante + Azealia Banks + hip-hop carioca = Pearls Negras
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MIRA. «Meu Bem»