¿Renovar uno de los clásicos más icónicos de la historia de la moda? Desde Converse creen que es posible y presentan sus Chuck Taylor All Star II.
Me atrevería a decir que cualquiera que esté leyendo en este instante estas líneas ha llevado unas Converse alguna vez, y que incluso ha tenido más de un par en su vida. Icónicas como pocas, las Chuck Taylor All Star llevan desde 1917 vistiendo los pies de quien busca el equilibrio perfecto entre estilo y una comodidad que vaya acorde con su estilo de vida ajetreado. Cuando salieron de los campos de baloncesto que las hicieron populares, aterrizaron en escenarios, salas de conciertos y demás ambientes relacionados con las mentes creativas.
Personalmente, confieso que me compré mi primer par porque tengo los pies tamaño lata de sardinas y las Converse All Star eran el único zapato capaz de alargármelos ópticamente y no hacerme parecer una chinita de pies vendados, pero luego las seguí llevando por lo cómodas que eran y por lo bien que quedaban con todo. Y porque Green Day -mi grupo favorito por aquella época- siempre las llevaban junto a pitillos negros y me parecía lo más.
El caso es que todo el que haya tenido un par de Converse en su vida sabrá reconocer que tienen, sin embargo, un gran problema: se destrozan bastante rápido. Y eso que aún así las sigues llevando y llevando pese a todos sus agujeros y descosidos (a mi tenía que obligarme mi madre a tirarlas con gran tristeza pues es el único zapato que, al poder llevar literalmente a cualquier sitio, le cogía siempre cariño). Desde Converse parecen haberse dado cuenta de que los que amamos estas zapatillas necesitamos más, y presentan hoy la nueva Converse Chuck Taylor All Star II, una versión contemporánea del clásico modelo que, al contar por primera vez con la tecnología Lunarlon de Nike, las hace más duraderas y resistentes.
De esta forma, mientras que exterior y estéticamente los cambios son casi imperceptibles, la plantilla Lunarlon ofrece una pisada más acolchada y una sujeción mejorada para el empeine, el cuello acolchado y un refuerzo en la lengüeta reforzada convierte a las All Star II en más confortables. La parte interior, por su parte, ha sido perforada para hacerla más transpirable en períodos de uso prolongados. El resultado es un modelo que sigue siendo fiel a su historia y tradición, pero que decide actualizarse y jugar con las innovaciones tecnológicas para seguir siendo actual tras los muchimillones de pies que Converse ha vestido en los casi cien años que llevan en el mercado.