Vuelve una de las tradiciones veraniegas más queridas: Blackie Books edita su cuarto «Cuaderno de Vacaciones para Adultos»… Y lo quieres.
Cuando era una niña, el verano era lo más emocionante del año. En los minutos previos a que sonase el último timbre de la última clase del año me perdía en mil fantasías de juegos, excursiones y castillos en la playa del pueblo. Pero esas fantasías eran siempre interrumpidas por esa frase tan odiada y casi que temida: «Bueno, chicos, y los deberes para este verano son…«, decía entre nuestros resoplidos y abucheos silenciosos el profesor de turno, y procedía a plantarte en la mesa un cuaderno de verano cuyos llamativos colores y figuras en la cubierta solo servían para que te hicieras la ilusión de que aquello podía llegar a ser divertido.
Al principio de las vacaciones casi abrazaba con emoción esos cuadernitos, me prometía hacerlos un poco cada día y así evitar el estrés del último minuto en el que me había sumido el año anterior. Nada más lejos de la realidad: los llevaba a todas partes, se llenaban de arena, agua, manchas de chocolate, arrugas… Pero ni una sola línea de lápiz que completara alguno de los ejercicios. Luego llegaba el último día de las vacaciones, me iba al Solucionario y planificaba meticulosamente la suficiente cantidad de errores para que parecieran naturales.
Diez años después, jamás creí que diría esto: hola, que alguien me compre el «Cuaderno de Vacaciones para Adultos» que Blackie Books acaba de editar por cuarto año consecutivo, por favor. Y es que creo que el odio hacia los cuadernos de verano infantiles procedía de lo aburridos que eran: estimular la mente con crucigramas y demás juegos es bien, aburridísimos ejercicios de gramática o matemáticas tras nueve meses haciéndolos todos los días, no. El «Cuaderno de Vacaciones para Adultos» mezcla actualidad, cultura y humor con el típico librito de pasatiempos que venden en los puestos de periódicos, convirtiéndose en la manera perfecta de mantener la mente un poco despierta y entretenida.
Este año, además, incluye «EL CALORET«, un juego en grupo para fomentar el contacto humano, el roce y la combustión veraniega (y el consumo de alcohol, depende de cada uno). Si aún sois reacios a la idea porque vuestro trauma con los cuadernitos de verano infantiles es muy chungo, el book trailer del libro será suficiente para superar ese odio lleno de temor.