Esta reseña podría darse por finiquitada con un par de oraciones tampoco demasiado largas. La primera vendría a decir lo siguiente: Hot Chip siempre han tenido el don innato para facturar hits pluscuamperfectos, pero también hay que reconocer que, más allá del fundacional y fundamental «Coming on Strong» (Astralwerks, 2005), nunca han sabido hilvanarlos en discos realmente compactos y homogéneos que supieran mantener el nivel medio. Dicho con otras palabras: son una formación habituada a los grandes singles, pero a los discos irregulares. La segunda frase sería mucho más taxativa: en «Why Make Sense?» (Domino, 2015), Hot Chip por fin firman su primer gran disco desde «Coming on Strong«.
Y que conste en acta que la repetición exhaustiva del título «Coming on Strong» en el primer párrafo de esta crítica no es para nada gratuita. Podría decirse que el debut de la banda de Alexis Taylor y Joe Goddard (y muchos más que suelen olvidarse impunemente cuando son de igual importancia que las dos caras visibles de la banda) enamoraba por su versión depuradísima y orgánica del r&b de los 80 y de los 90: desnudaban las canciones de aquellas producciones ampulosas que llegaron desde el hip-hop, el 2-step y el UK garage y las dejaban en esqueletos que danzaban a unos ritmos que se enganchaban de forma irresistible. Pero luego llegó «Over and Over» y sentó las bases de los nuevos Hot Chip: a partir de «The Warning» (Astralwerks, 2006), los londinenses empezaron a jugar al synth basado en el «más es más», como una versión hetera de Pet Shop Boys o como una versión pop de LCD Soundsystem. La estructura era efectiva y lo sería hasta la saciedad: canciones que no levantan el pie del acelerador y que crecían en espirales rítmicas machaconas y repetitivas como columnas de fuego pop hacia el cielo. Luego llegarían «Ready for the Floor«, «Night and Day» o «I Feel Better«, donde la presencia mayor de Goddard marcaría una diferencia básica que, en vez de convertirse en carretera secundaria de Hot Chip, más acabaría derivando en carretera principal de The 2 Bears.
Todos estos singles son redondos, eso no lo duda nadie. Y a ellos hay que sumar otros como «Flutes» o «Boy From School«. Pero si esta redondez es incontestable, también lo es que los discos que contienen estos cortes nunca supieron estar a la altura. Supongo que, a grosso modo, un disco que quieres volver a ponerte es ese en el que por lo menos la mitad de sus canciones se te quedan dentro de alguna forma u otra… Y Hot Chip nunca pasaron de conseguir que un tercio de los suyos fueran perdurables. A lo sumo. Pero precisamente por eso brilla «Why Make Sense?«. Bueno, por eso, por remitir en su título directamente hacia Talking Heads y también por traer a la cabeza una imagen bien poderosa: la banda deteniéndose, mirando al horizonte, preguntándose «¿por qué obsesionarse con que lo nuestro tenga sentido?» y decidiendo hacer un extreme makeover que les regrese directamente a «Coming on Strong«. Es esta una depuración que brilla en temas como «Easy to Get» (con ese bajo como espina dorsal, con esos sintetizadores burbujeantes, con esos fraseos fardones de Goddard), en la balada «So Much Further To Go» o, sobre todo, en la que probablemente es la nueva cima creativa de Hot Chip: esa «Love is the Future» que se abre como la música perfecta para un videojuego de los 90, pronto se convierte en el tema que hace varias temporadas que Pet Shop Boys sueñan para acercar su «Behaviour» (EMI, 1990) al siglo 21 y que, tras un rapeado muy brit, estalla en un grand finale optimista y buenrollero que no le hace ascos ni a los violines.
Pero que nadie se asuste: «Why Make Sense?» también incluye un buen ratio de cortes que harán las delicias de los aficionados a todos los singles mencionados más arriba (cortes que, además, también servirán para que muchos se tiren encima de los que, como yo, afirman que esto es una vuelta a los orígenes de «Coming on Strong«). «Huarache Lights» y, sobre todo, la muy burraca «Why Make Sense?» repiten el sonido habitual de la banda con gran acierto, mientras que otros temas le buscan variantes como la hiperbalada rompecorazones («Dark Light«) o la maravillosa referencia al garage disco («Need You Now«). Curiosamente, la moneda caiga hacia la cara o hacia la cruz de Hot Chip (y que aquí cada uno decida qué es la cara y qué es la cruz, además de si una de ellas tiene que ser por necesidad una cara negativa), el resultado final es un disco que se percibe de forma homogénea gracias tanto a su forma (enfocada hacia el baile en sus múltiples formas) como en su fondo (con todas esas letras hablando de psicosis postmodernas, de necesidad de amor y de miedo a pasar la noche en la oscuridad más solitaria).
Y, sobre todo, es un disco en el que no sólo te convencerá un tercio de lo escuchado: es muy probable que tres cuartas partes de lo que contiene «Why Make Sense?» se conviertan en clásicos instantáneos en tu discografía. No sé vosotros, pero yo esperaba este disco desde «Coming on Strong«. Ya era hora.