No deja de ser curioso comprobar cómo el número de agrupaciones cuyos inicios tuvieron lugar hace ya bastante más de una década en diversos lugares de la geografía de un mismo país siguen lanzando con una regularidad pasmosa trabajos de calidad incuestionable. The Mountain Goats son una de esas bandas míticas de la superpoblada escena indie americana: ese tipo de grupo que se permite seguir girando a lo largo y ancho de los Estados Unidos con cada uno de sus lanzamientos, del que se puede disfrutar día sí y día también en los late nights y que alcanza un nivel de banda de culto rápidamente, sobre todo para aquellos que nos encontramos fuera de la órbita de su país. Esa liga es la misma que juegan gente tan diversa (la mayor parte curiosamente asociada a Merge Records) como Superchunk, The Decemberists, M. Ward, Jeff Magnum, Spoon o Conor Oberst, que más allá de ciertas diferencias de caché, son pretendidos por los promotores de media Europa cada vez que se lanzan a cruzar el charco. Por cierto: ¿cuántas de estas bandas han tocado, tocarán este año o sueña el Primavera Sound? Menudo lujo.
El caso de The Mountain Goats no deja, además, de ser especial por la gran cantidad de trabajos que nos han venido ofreciendo desde su nacimiento allá por el año 91. «All Eternals Deck» (Merge / PIAS Spain) es el que ocupa la posición más reciente en la lista de álbumes de la banda liderada por el genial John Darnielle, quien sigue defiendendo sin aparente dificultad esa fama que hace tiempo que ha adquirido por parte de la crítica que lo define como el mejor letrista americano no perteneciente al movimiento hip hop. Por muchos es conocida la afición del excéntrico músico de bromear con los títulos de sus composiciones, así como a sorprendernos con las influencias metálicas que asegura rodean a cada uno de sus álbumes (sin ir más lejos, el disco ha sido producido por el encargado de arreglar los trabajos de Cannibal Corpse). El sonido que nos encontramos, sin embargo, y se agradece, no difiere para nada del que veníamos disfrutando en sus últimas entregas, pues aunque en sus orígenes noventeros The Mountain Goats se caracterizasen por un ruidoso lo-fi, es un hecho que, desde hace unos años, Darnielle y compañía se han instalado en un agradable folk de acústicas y pianos que acompañan la preciosa voz de su vocalista. La formación se mantiene en este caso en un trío que parece apañárselas perfectamente para crear una serie de trece composiciones de corte melancólico que bien merecen una escucha, pues dejar pasar las joyas escondidas bajo títulos tan “cómicos” como “Damn These Vampires” (piano precioso incluido), “Beautiful Gas Mask” o “Never Quite Free” sería una pena.
Siempre puede dar algo de pereza pararse a escuchar a este tipo de bandas que tienen tanto material publicado, pero la realidad es que The Mountain Goats nos traen en este «All Eternals Deck» una colección cortes accesibles que, si bien no destacan por ser excesivamente novedosos, agradarán todos aquellos seguidores del folk americano. Que no son pocos, precisamente. La realidad es que no estamos ante un trabajo brillante, pues no está a la altura de aquellos fantásticos «Tallahassee» (4AD, 2002) o «The Sunset Tree» (4AD, 2005) de hace ya unos años; pero sí que es una digna manera de seguir ofreciéndonos discos de calidad con esa asombrosa regularidad que les caracteriza. Un paso más en la carrera de los californianos… Y ya van trece.