Hace tres años nos las prometíamos muy felices con Citizens!, enésimo grupo londinense carne de hype que, al contrario de lo que se podía pensar en un principio, poseía suficientes razones para quitarles de encima el sambenito de banda efímera que se conformaría con facturar un single resultón radiado en emisoras cool, acaparar algunas páginas del NME, salir de gira fuera de Gran Bretaña y aprovechar sus quince minutos de gloria: formaba parte de la escudería francesa Kitsuné, aval que sugería que su electro-pop (bailable y romántico a partes iguales) tenía el potencial necesario en cuanto a calidad y accesibilidad; contaba con el padrinazgo del mismísimo Alex Kapranos (detalle que generaba la recurrente comparación con Franz Ferdinand), el cual se encargó personalmente de producir su álbum de debut, “Here We Are” (Kitsuné, 2012); y, lo más importante, poseía una buena ristra de canciones disfrutables (“True Romance”, “Reptile”, “(I’m In Love With Your) Girlfriend” o “Caroline”).
Quizá motivados por su fulgurante inicio, su repercusión mediática y su creciente número de seguidores, Citizens! vislumbraban grandes metas en el horizonte. Al menos, esa sensación captó un servidor cuando presenció su actuación en la edición 2013 del festival portugués Paredes de Coura, en el que fueron uno de los nombres más vitoreados por un público que se había rendido a sus pies. Si se extrapolaba esa imagen a su futuro, la conclusión era sencilla: el quinteto londinense estaba dispuesto a conquistar todo tipo de audiencias, traspasar fronteras y escalar en las listas de éxitos, saltando del limitado territorio alternativo al masivo y más comercial. Aunque, al mismo tiempo, durante el proceso tendría que afrontar ese reto que debe pasar todo artista o banda que ve aumentadas sus aspiraciones tras publicar un notable primer disco: superar la exigente reválida de su segundo trabajo.
En este sentido, al final de nuestra reseña sobre “Here We Are” avanzábamos que Citizens! corrían el peligro de patinar en su siguiente paso del mismo modo que lo habían hecho sus compañeros de sello Two Door Cinema Club, obnubilados por los destellos de la fama global. Y, por desgracia, tal desliz se ha materializado en su nuevo álbum, “European Soul” (Kitsuné, 2015), en el que también se constata que el grupo ha decidido sumergirse de lleno en el tecno-pop de filiación ochentera y adaptado a todos los públicos (ya sea de ritmo ágil: “Waiting For Your Lover” o “Brick Wall”; o a través de medios tiempos edulcorados: “European Girl” y “Only Mine”), cuando antes era uno de los varios recursos que utilizaba para conformar su estilo. De hecho, aquí no hay ni rastro de la cacareada influencia franzferdiana, lo que provoca que su actual concepción del sonido new wave carezca de nervio y punch y las melodías memorables y los estribillos adhesivos brillen por su ausencia, ni siquiera cuando Burke, Diamond, Evans, Richmond y Rhoades coquetean con el electro-funk a lo Hot Chip (“My Kind Of Girl” resulta empalagosa y demasiado blanda).
Con todo, en medio de la deriva del repertorio de “European Soul” (¿hasta qué punto hay que culpabilizar de ello a su productor, Laurent d’Herbecourt, antiguo colaborador de Phoenix?) emergen un par de canciones que se salvan del naufragio: la final “Are You Ready?”, que recupera la pasada frescura indie-pop de Citizens! adornada por arreglos de sintetizador; y la que es, posiblemente, la mejor del lote, “Lighten Up”, elegante pieza tecnopopera ideal para la pista de baile que gana con las remezclas que el propio grupo publicó en su perfil de SoundCloud a modo de aperitivo y de las cuales se rescata el rework de Cesare para la versión deluxe del LP. Una extensión, por otro lado, innecesaria que profundiza en los defectos de “European Soul”, un trabajo decepcionante que, curiosamente, puede expandir el nombre de Citizens! hacia oyentes antaño inesperados. No se sorprendan si algún día ven las caras de Burke y compañía en las portadas de ciertas revistas teen…
https://www.youtube.com/watch?v=wI-gtU-v8_4