Ha tardado lo suyo, la verdad… Pero por fin podemos celebrar por todo lo alto que «Map to the Stars» de David Cronenberg llega a nuestra cartelera.
Pasemos por alto que «Maps to the Stars» es el caso más reciente (pero no el último, eso segurísimo) de películas que todo el mundo ha visto ya por la vía legal pero difícil (es decir: festivales) o por la vía ilegal pero facilona (es decir: descarga pirata)… Porque, al fin y al cabo, ¿qué hacer cuando tienes ahí la última película de David Cronenberg? ¿Dejarla pasar hasta que algún lumbreras decida estrenarla en nuestro país? Va a ser que no.
Sea como sea, habrá que alegrarse (o algo así) de que el último trabajo de Cronenberg llegue a nuestro país. Y, ojo, porque «Maps to the Stars» es una de esas cintas que va a sorprender tanto a los que se acerquen a ella buscando al viejo director / explorador de la carne como al nuevo realizador aficionado a la violencia psicológica: en esta película, Cronenberg se descubre como el reverso oscuro y perverso de Sofia Coppola a la hora de retratar la vanidad de Hollywood y sus animales menos ilustres. Más allá del impactante casting encabezado por Mia Wasikowska y Julianne Moore, «Maps to the Stars» es un endiablado artefacto en forma de comedia banal que acaba convirtiéndose en una verdadera hoguera de las vanidades. Hay que verla.
Y si queda tiempo después de un imprescindible tan incontestable como el de Cronenberg, uno siempre puede tirar de uno de esos estrenos que por estos lares resulta algo aburrido aunque de más allá del charco haya causado un revuelo bastante tremendo: «Selma» cuenta la protesta en forma de marcha que Martin Luther King y compañía realizaron desde la localidad de Selma hasta Montgomery… Ya se sabe: en EEUU se ponen muy palote con todo esto de la lucha por la igualdad y esas cosas. Pero por aquí la historia nos pilla más de refilón, así que cada uno haga lo que le parezca con una de esas cintas que parece que «hay que ver» sí o sí.