A pesar de haber crecido junto a bandas como The White Stripes o The Black Keys, Two Gallants nunca han tenido su “Seven Nation Army” ni su “Lonely Boy”. Y, a juzgar por su último disco, jamás lo tendrán. Su propuesta se basa en la fórmula guitarra + batería, sí, bebe del blues y del rock, también, pero sus canciones siempre han ido por caminos alejados de los hits llena estadios.
En “We Are Undone” (ATO, 2015), el dúo formado por Adam Stephens y Tyson Vogel reivindica su propia personalidad y la hace extensible a todo lo que se considera “auténtico”. La primera declaración de intenciones de esto la encontramos en la elección del productor del disco: Karl Derfler, ingeniero de sonido habitual de gente que no suele dar su brazo a torcer, como Tom Waits, Roky Erickson o No Doubt. No debería extrañarnos, pues, la contundencia de los temas que abren el álbum. La canción que le da título tiene uno de los mejores riffs de la carrera de Two Gallants, puro 80s, mientras que “Incidental” podría formar parte del repertorio de Cloud Nothings y es lo más cerca que han estado de crear una canción que nos haga botar.
A partir de la contagiosa “Fools Like U”, el disco empieza a mostrar las múltiples facetas de un dúo que se resiste a las etiquetas. La guitarra grunge deja paso al piano en “Invitation to the Funeral”, recordándonos a los añorados Dresden Dolls. Y el piano vuelve a otorgarle el protagonismo a la guitarra en “Some Trouble”, tal vez una de las canciones más redondas de la carrera de Two Gallants. En cualquier alegato por la autenticidad es indispensable volver a los orígenes y ponerlos en el lugar que se merecen. En “We Are Undone”, esta regresión llega en la segunda parte del disco, cuando Stephens y Vogel exploran sus raíces folk y country para entregarnos “My Man Go”, que no desentonaría en el repertorio reciente de Band Of Horses, la íntima “Katy Kruelly” o la balada (poco inspirada) “Heart Breakdown”.
Lo mejor del álbum, sin embargo, lo dejan para el final. “Murder the Season / The Age Nocturne” sintetiza sus dos vertientes (calmada / potente) en una única y brillante canción. Y, en “There’s So Much I Don’t Know”, Two Gallants nos hablan de lo mucho que ha cambiado San Francisco, su ciudad natal, y de lo que sucede cuando te sientes extranjero en tu propia tierra. Una sensación que también deben experimentar formando parte del panorama musical actual, lleno de propuestas artificiales y contrapuestas a un discurso tan auténtico como el suyo.